El proyecto de ley recién promulgado agregará, según el cálculo más conservador, 1,5 billones de dólares al déficit. Este fue un gran revés para la clase dominante. Muchos de sus propios políticos ponen su interés financiero y político personal en permanecer en el cargo por delante de las necesidades de los jefes del ala principal para prepararse para la guerra. La falta de disciplina de los políticos es un preaviso de medidas más fascistas en el horizonte. La respuesta de la clase dominante del ala principal tratará de obligar a los jefes individuales, los políticos y la clase trabajadora a alinearse en su marcha hacia la guerra.
En un intento descarado de comprar votos en las elecciones de 2018, el proyecto de ley dará un pequeño aumento en el salario neto a una gran parte de la clase trabajadora. Lo fundamental del proyecto de ley, sin embargo, es una reducción masiva en la tasa del impuesto corporativo del 35% al 21%. A diferencia de los recortes de impuestos personales que expirarán en 2025, los recortes corporativos son permanentes. El proyecto de ley dependía de que los republicanos del ala principal, como Susan Collins, Lisa Murkowski y Mitch McConnell, sirvieran a sus intereses personales para votar a favor.
Los capitalistas nacionales del Tea Party han mostrado poco o ningún interés en mantener a los Estados Unidos como el líder del mundo. Su objetivo al apoyar el proyecto de ley de impuestos es preparar el escenario para recortes masivos a los programas de bienestar social, convirtiendo este proyecto en un ataque a gran escala contra la clase trabajadora.
El presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, ya anunció que el Partido Republicano planea recortar los programas federales de atención médica y de antipobreza debido a un déficit que su partido está a punto de incrementar. “Vamos a tener que volver el año que viene a la reforma de beneficios”, dijo en un programa de radio, “que es cómo abordar la deuda y el déficit”. “(Atlantic 19/12/17)
Esta es una situación volátil. Los patrones liberales temen que esos recortes aumenten los problemas políticos para la clase dominante al tratar de ganar a la gente para que acepte una guerra y un reclutamiento a gran escala. Es probable que las luchas internas conduzcan al desarrollo del fascismo en los EE. UU., muy probablemente bajo el liderazgo de los liberales que están desesperados por mantenerse al día con el creciente imperialismo chino.
A medida que los patrones de EE. UU. cedieron terreno a Rusia en el Oriente Medio y China en Asia, la guerra se perfila como el único camino para que los desesperados jefes estadounidenses intenten recuperar su dominio mundial. La guerra exige que Estados Unidos fortalezca a sus fuerzas armadas para mantenerse por delante de los chinos y poder luchar en una guerra multifacética, así como reparar la desmoronada infraestructura de los Estados Unidos. Ninguno de estos puede suceder sin grandes cantidades de dinero extraídas de la clase trabajadora. El desorden evidente en la lucha por el proyecto de ley de impuestos hará que eso sea más difícil para los jefes del ala principal y crea una situación muy volátil dentro de la clase dominante de EE.UU.
Los chinos se han quedo atrás significativamente de los EE. UU. desde un punto de vista militar. Eso está cambiando bastante rápido. Además de la construcción de varias bases nuevas en islas construidas por el hombre en el Mar del Sur de China, los imperialistas chinos están invirtiendo fuertemente en un ejército que puede expandir enormemente su esfera de operaciones.
“El último borrador del informe anual de la Comisión de Revisión Económica y de Seguridad de Estados Unidos y China contiene un capítulo sobre el desarrollo de la proyección de poder de Beijing ...
China está construyendo capacidades militares para lidiar con ambientes operativos hostiles de aire, superficie y subsuperficie en los “mares lejanos” ... las operaciones expanden el enfoque más allá de las dos cadenas de islas frente a las costas del este y sur de China.
Dada su capacidad de transporte estratégico mejorada, empleo reforzado de fuerzas de operaciones especiales, aumento de capacidades de buques de superficie y aviones, y una experiencia más frecuente y sofisticada operando en el exterior, China también puede estar más inclinada a usar la fuerza para proteger sus intereses centrales “(Nationalinterest.org 7/11/2016)
Un problema incluso más grande que el desafío planteado por el crecimiento militar de China es el rápido deterioro de la infraestructura dentro de los EE. UU. Como se muestra en la tabla siguiente, los patrones tienen un déficit de billones de dólares para reparar los sistemas básicos que mantienen funcionando al país. La expansión de la infraestructura para servir a una gran guerra requeriría nuevas carreteras, ferrocarriles, puentes, puertos, aeropuertos y la infraestructura necesaria para facilitar un reclutamiento de tropas. Eso significa billones de dólares más que los patrones necesitarán.
La clase trabajadora no tiene campeones entre ninguno de los patrones. Debemos construir un movimiento comunista para luchar por nuestra propia salida de este lío. Los jefes orientados al Tea Party buscan matarnos de hambre. El fascismo dirigido por el Partido Demócrata, con un rostro diverso, es una amenaza igualmente mala y más poderosa para la clase trabajadora. La guerra mundial liderada por liberales está en el horizonte mientras los patrones se preparan construyendo un movimiento de masas para tratar de disciplinar a los jefes y políticos deshonestos y dirigir los ataques contra la clase trabajadora en todo el mundo.
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Política de Impuestos, un paso atrás para los planes de guerra de los patrones
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- 26 Enero 2018 75 visitas