La llegada de AMLO al poder en México debe ser analizada dentro del fracaso evidente de las políticas neoliberales, las cuales, a finales de los años 70, representaron una opción para rescatar al sistema capitalista. Alrededor del mundo, existen varias pruebas de este fracaso que resultan una evidencia de que las únicas dos opciones para reorganizar el reparto del mundo son la guerra y el falso proceso democrático. Con ambas, se engaña a la clase trabajadora para someterla a los caprichos del mercado y la consecuente explotación de las materias primas y personas.
En Brasil, Argentina, Ecuador, Grecia y México, se han aprovechado de la desconfianza y despolitización de la clase trabajadora para impulsar a gobernantes carismáticos aliados al sistema. Dichos personajes se aprovechan de la rabia y el hartazgo de los ciudadanos frente a la ineptitud, la corrupción y el robo a ultranza de los gobernantes que les precedieron, con base en este descontento, ganan votantes.
En México, la campaña electoral de AMLO logró que los trabajadores aceptaran la trampa del candidato. El liderazgo de Andrés Manuel simuló una oposición a los gobiernos que han llevado a los trabajadores a las condiciones de explotación extremas en que han vivido, así como a una guerra contra el narcotráfico que ha sembrado el territorio de muertos y de militares.
Ya con AMLO en el poder, se ha gestado el consenso y los acuerdos necesarios para hacer uso legítimo de la fuerza. Argumentando su condición de gobierno democrático que representa los intereses del pueblo, se ha dado continuidad a los proyectos imperialistas lo que conlleva enfrentar a los “opositores” a través del uso de la fuerza o la cooptación, y con esto obtener el respaldo de la opinión pública y la fuerza política. En realidad, el nuevo gobierno representa con sus acciones, los intereses de capitalistas que aspiran a tener una mayor tajada de poder y recursos del país.
El actuar de este gobierno, no representa un cambio, es más un beneficio para los sectores más poderosos de la burguesía mexicana, que ven la posibilidad de romper con la dependencia y sometimiento del imperialismo de Estados Unidos y la oportunidad de realizar negocios con otros imperialistas europeos y de Asia. Por ejemplo, China quien aspira a tener un papel preponderante en la construcción del tren maya.
Por lo mismo, se pretende garantizar un ambiente adecuado para la inversión, con apoyo de la población ganada a través de una nueva versión de clientelismos políticos que en la retórica promete la redistribución de los impuestos para los más necesitados condicionando el apoyo de la gente a la aprobación sin chistar de las condiciones para la reproducción del capitalismo basado en el extractivismo, la producción destructiva, dependiente de la inversión para maquiladoras, monopólico y super explotador.
Los megaproyectos impulsados por los gobiernos anteriores encontraron continuidad y multiplicación en el proyecto de la 4ª Transformación. Ya que garantizan el cumplimiento al compromiso del gran capital que tiene como interés para su reproducción, explotar dentro del territorio: minerales, hidrocarburos, explotación y privatización del gas, construcción de termoeléctricas y gasoductos.
Así, en lugar de las siete Zonas Económicas Especiales (ZEE), se creará una zona libre con seis parques industriales a lo largo del Istmo de Tehuantepec- que una a los puertos de Salina Cruz Oaxaca, Coatzacoalcos Veracruz- una de las zonas más rezagadas del país (La jornada abril 25, 2019. Alma E. Muñoz y Fabiola Martínez). Será denominado corredor transístmico, así como la creación de parques maquiladores en el sureste, termoeléctricas, gasoductos y proyectos de infraestructura energética con Guatemala, Honduras y el Salvador.
Según el gobierno de AMLO, estos proyectos servirán al mismo tiempo para contener la ola de migrantes que solicitan asilo ante las condiciones de violencia y desempleo que viven en sus países. Estados Unidos condicionó la imposición de aranceles a los productos de exportación mexicanos a cambio de que México se convirtiera en un dique de contención de migrantes.
Una de las primeras labores de la recién creada Guardia Nacional, ha sido desplegar a más de 6 mil elementos para detener migrantes, pero su principal misión es contener la protesta social, ya que en el país hay más de 400 conflictos de materia ambiental con decenas de organizaciones sociales y defensores del medio ambiente, que se oponen a las afectaciones que las 26 mil concesiones mineras les producen a su existencia, atropellados por los instrumentos represivos del estado, legales y policiales.
La burguesía de la costa este de EU, se verá beneficiada con los corredores industriales proyectados en México y Centro América, ya que la transportación de mercancías será más barata para llegar a Asia, en particular a China. Esta situación tiene similitudes con lo que ocurrió en Medio Oriente donde los imperialistas hicieron la guerra para facilitar el traslado del gas y petróleo donde se beneficiaron unos cuantos a través de la muerte de miles de personas.
Como base trabajadora debemos entender que el capitalismo creará guerras o permitirá gobiernos como el de AMLO con el fin de dar continuidad a sus intereses y reproducirse a través del control del territorio, la explotación de recursos naturales y humanos, la implementación descarada del fascismo y hacernos creer que vivimos en el paraíso democrático donde 30 millones optaron por un discurso falso que prometía terminar con las injusticias sociales y políticas generadas por décadas cuando en realidad es que AMLO, solo representa la continuidad del neoliberalismo.
La decepción de los trabajadores en Brasil, Argentina, Ecuador y Grecia frente a los fracasos de los gobiernos “progresistas” para resolver sus problemas les abrieron las puertas a gobiernos fascistas. Los comunistas del PLP en México y el mundo luchamos contra los planes de los capitalistas liberales y fascistas, pero principalmente organizamos a nuestra clase y nos educamos para que entendamos que solo el comunismo es la única alternativa al infierno del capitalismo. ¡Únete!