New York City, 20 de Enero—Ahora que se despejo la polvareda después de las elecciones del sindicato TWA local 100 (el sindicato de transportes más grande del país) se puede ver la inseguridad que envuelve a todo el país en el sindicato y en sus miembros. Estas elecciones se llevaron a cabo en medio de la presión sobre los patrones del Departamento de Transporte Metropolitano (MTA) para que respondan por el servicio irregular y su creciente deuda. La respuesta de los patrones ha sido amenazar con un alza de pasajes, congelamiento de empleos, una disciplina más estricta y lloriquear pobreza. La realidad es que la mejor cura para el sistema de transportes es deshacerse de los políticos y de los patrones de la MTA. Una sociedad administrada por los trabajadores pondría las necesidades de la clase trabajadora al frente decidiendo qué servicios se necesitan y dónde. Bajo este sistema capitalista los servicios que se recibimos dependen de lo que necesiten los banqueros millonarios y empresarios. La unidad de los usuarios y de los trabajadores de la MTA contra los políticos, empresarios de bienes raíces, patrones de la MTA, y por último, sus patrones banqueros, es la única fuerza que puede conseguir un mejor sistema de transporte a corto plazo y un mundo mejor y comunista a largo plazo.
El liderazgo vendido del sindicato retomó el poder en muchas de las posiciones más altas, mientras que en la división de trenes subtes (Servicios) del sindicato perdieron casi todas sus posiciones de liderazgo a manos de los falsos progresistas. Estos ‘progresistas’ hablan de levantar la moral de los miembros y preparar al sindicato para la huelga, mientras buscan políticos amigables. Su estrategia, al final de cuentas, depende del uso de los medios de comunicación patronales, abogados y árbitros en vez del poder obrero. Estos mal llamados líderes han controlado el sindicato antagonizando una división contra otra, sobornando a los conductores de buses con el sobretiempo, etc. mientras que simplemente ignoran las necesidades de algunos otros. Han apoyado al gobernador anti-laboral Cuomo, el patrón de la MTA, sin criticarlo.
El dinero lo producen los trenes subte de la MTA, que transportan 5 millones de trabajadores al día, pero la vida de los trabajadores de esos trenes no es fácil. El turno de trabajo promedio de estos trabajadores, en su mayoría negros y latinos, dura de 10 a 12 horas diarias. Los nuevos empiezan con los peores horarios y casi ninguna certeza de dónde y cuándo van a trabajar. Todos los viernes tienen que llamar para preguntar si les han cambiando sus días libres la semana siguiente. La sección de asignaciones de equipo controla sus vidas.
El abandono del sistema de subtes por los patrones de la MTA y los políticos hace que los trabajadores traten de hacer lo que pueden con lo que hay; trabajan con señales que no funcionan, sin tiempo para comer, y con poco o ningún tiempo para descansar entre vueltas. Los radios anticuados hacen que la comunicación sea imposible, lo que deja a los usuarios y a los trabajadores sin saber si hay atrasos o algún otro problema.
Ha habido un aumento en el número de acciones disciplinarias contra los del equipo de operaciones que ha tenido poca o ninguna respuesta del sindicato. Lo más que dice el sindicato cuando hay un conflicto con la MTA debido a una acción disciplinaria es que busquemos nuestro propio abogado. La última novedad en la MTA es que van a tratar de acelerar el servicio arreglando las señales rotas. Inmediatamente los trabajadores preguntamos si va a haber una demanda contra los despidos y la pérdida de sueldo y beneficios para todos los trabajadores que fueron disciplinados por ignorar señales que no funcionaban. Desde el entrenamiento nos dicen que vayamos de 5 a 10 mph menos que lo que indican los avisos cuando lleguemos a una señal. Pero si llegas a la señal de 5 a 10 mph por debajo del aviso es tu culpa porque ibas “no atento”. Con la noticia de que la MTA va a arreglar esas señales, finalmente están admitiendo que no funcionaban como debían. El sindicato no dice nada.
La mayor resistencia organizada contra el actual liderazgo vendido del sindicato se encuentra en la división de subtes (conductores, operadores de vías, operadores de torres, limpieza). A esta división la han estado atacando por casi dos décadas y aun más ahora con esta campaña de modernización. La resistencia por ahora no ha sido más que palabras fuertes, que desenmascaran los negociados tras bastidores de los líderes vendidos del sindicato con la gerencia.
Las elecciones pusieron en evidencia una serie de acuerdos turbios que el actual liderazgo del sindicato hizo con los patrones de la MTA. Instalaron cámaras corporales para espiar a los trabajadores más que para prevenir asaltos. El reglamento para el uso de los celulares es tan opaco que deja a los trabajadores vulnerables al hostigamiento y la disciplina. Recientemente la MTA ha instalado cámaras en las cabinas de trabajo de los trenes sin decirle una palabra a los del equipo que sabe que esto sería imposible sin un acuerdo con el sindicato, pero el sindicato tampoco ha dicho nada sobre este programa.
Las próximas elecciones han animado a que más miembros hablen y participen pero muchos todavía ven la alianza con los políticos como la única manera de avanzar. Debemos tener más confianza en nosotros mismos, en la clase trabajadora, ya sean trabajadores del transporte o el público usuario. Depender de los políticos o de los medios sólo crea cinismo. Convirtamos nuestra cólera y discusiones en el trabajo en acciones. Vayamos a las reuniones del sindicato y confrontemos a los mal llamados líderes que no hacen nada. Vayamos a las oficinas de los patrones y confrontémoslos cuando tratan de disciplinar a uno de nosotros. Comuniquémonos con nuestros hermanos y hermanas de clase que usan trenes y buses. Forjemos un sindicato más fuerte, luchador y listo para la huelga antes del contrato de Mayo. Únase al Partido Laboral Progresista en su lucha a largo plazo por un mundo dirigido por la clase trabajadora: el comunismo.

 El cierre gubernamental de 30 días claramente nos muestra que; a Donald Trump o sus adversarios demócratas les importa un bledo lo que le pase a los trabajadores, las principales victimas del juego de poder entre el ala principal imperialista de la clase dominante y el ala domestica, republicana que apoya a Trump. El 78% de los trabajadores estadounidenses viven esperando su sueldo (CNBC,9/1). Pero ahora, 800,000 empleados federales y cientos de miles de contratistas, 40% del personal gubernamental, no reciben su sueldo, estén forzados a trabajar o no. Para entender la devastación tenemos que saber que el 21.2% de las familias estadounidenses no tienen ahorros, incluyendo el 32% de familias latinas y el 37% de familias negras. El 40% de todas las familias disponen de menos de $400 dólares en caso de emergencia, según la Reserva Federal. ¿Cual otra prueba necesitamos de que los trabajadores no pueden vivir bajo el sistema capitalista?
Los más golpeados han sido los trabajadores indígenas viviendo en tierras federales. Las carreteras están cubiertas de nieve, las ambulancias no transitan y 60% trabajadores de la salud sin sueldo, han devastado los servicios de salud.  Otros ejemplos de los efectos del cierre, que afecta desproporcionadamente a trabajadores negros y latinos, son: Se repartieron temprano las estampillas de alimentos de febrero, utilizadas por 38 millones de personas, pero no habrá mas; ayuda federal en efectivo de $34 millones ya no existe y es remplazado por los estados; Prestamos de la USDA, subsidios federales para arriendos a la gente mas necesitada en las áreas rurales terminaran el 1/2; las inspecciones han bajado de manera considerable; no habrá aprobaciones para antagonistas opiáceos. Si los trabajadores no han muerto debido a estas medidas, muchos lo harán, puesto que los efectos a largo plazo del estrés y privación continuaran mucho después de que termine el cierre.
¿Porque convertir la inmigración en una crisis?
Trump dice que hay una “crisis de inmigración”, en realidad, el cruce fronterizo de personas sin documentos ha disminuido, de 851,000 en 2006 a aproximadamente 62,000 en 2016.  Además, inmigrantes documentados e indocumentados cometen crímenes a niveles más bajos que los nacionales y tienen un nivel de desempleo mas bajo. (NYT 11/1). La mayoría de las drogas importadas ilegalmente pasan a través de puertos legales. Debido a la baja en la tasa de fertilidad de los estadounidenses, para mantener su actual nivel de producción, EE.UU. tendría que admitir a mas de un millón  de inmigrantes hasta el año 2050, mas del doble del numero actual (NYT, 15/1).
Lo que logra el mantener las barreras legales a la inmigración es mantener a grandes grupos de trabajadores en constante estado de terror, limitando drásticamente su capacidad de demandar mejores salarios y de organizarse. Al etiquetar a trabajadores inmigrantes de peligrosos y criminales, también se entrelazan las divisiones nacionalistas y racistas entre ellos y otros trabajadores, incluyendo a trabajadores negros e inmigrantes documentados y sus descendientes.
¿Qué esta pasando ahora?
Quizás la mejor explicación es que Trump es un politiquero torpe y que no tiene a ningún representante de las fuerzas generales de la clase dominante que le aconseje.  Se ve a si mismo tan agradecido con su base mas racista y reaccionaria que tiene que cumplir su promesa de campaña de “construir el muro” para ganarse sus galardones racistas y nacionalistas. Pero, no debemos pensar que los demócratas o liberales que se oponen a él estén interesados en tratar a los inmigrantes con humanidad.  Desde hace un siglo, los presidentes Wilson, Nixon, Carter, Reagan, Clinton, ambos Bush y Obama han creado barreras draconianas a la inmigración y han aumentado las deportaciones. Obama deporto a más inmigrantes que ningún presidente anteriormente, y los demócratas han creado más muros que los republicanos.
Los trabajadores no solo debemos luchar contra el muro racista en la frontera; sino por un mundo sin fronteras – el comunismo. Hoy los demócratas, representan el ala financiera principal de la clase dominante y quieren debilitar a Trump. Este esta destruyendo años de políticas que fortalecieron las alianzas internacionales militares, políticas y financieras de los gobernantes estadounidenses.  Les horroriza su comportamiento indisciplinado. Temen que su salida de Siria y Afganistán y la amenaza de salirse de la OTAN amenacen su imperio mundial. También se oponen a la destrucción total de las regulaciones ambientales, el racismo abierto y la destrucción del “libre comercio” que daña su reputación y sacude a las grandes corporaciones estadounidenses y sus alianzas imperialistas internacionales.  
Finalmente, los trabajadores debemos luchar colectivamente para defendernos de ambos partidos.  Los trabajadores en los aeropuertos, en masa, están llamando a sus trabajos para reportarse enfermos.  Mientras que los patrones ignoran las necesidades de los trabajadores y aunque las huelgas están legalmente prohibidas para los trabajadores federales, se necesitan acciones en esta lucha por la sobrevivencia.  Nuevamente, esta claro que al capitalismo le vale un bledo la vida de los trabajadores, y que a final de cuentas, tenemos que luchar por una sociedad que nosotros controlemos – el comunismo.

Reciente y repentinamente el presidente de EE.UU. Donald Trump anuncio la retirada de las 2,200 tropas estadounidenses en Siria, además de la mitad de las 14,000 tropas en Afganistán, declarando “victoria” sobre ISIS. En realidad, el imperialismo estadounidense pierde territorio con el imperialismo ruso en Siria. Las pronunciadas divisiones entre los patrones se agudizan mientras su imperio se tambalea. Mientras tanto la indignada oposición contra la retirada de tropas por Trump por falsos “izquierdistas” y el liberal partido demócrata ha mostrado lo que verdaderamente son: fieles sirvientes del capital financiero; ala principal de la clase dominante estadounidense; dirigida por entidades tales como ExxonMobil, JPMorgan Chase, y Citigroup.
Este compromiso con la perpetua – y genocida – guerra en el Medio Oriente y Sur de Asia por el ala principal del capitalismo es estratégicamente opuesta a la mas centrada en lo nacional; el ala “Fortress America” (Fortaleza de Estados Unidos) dirigida por las familias Koch, Mercer y Adelson. El ala principal, con miles de billones de dólares y un imperio en riesgo en los campos petroleros y de gas en el Medio Oriente, prefiere mantener una pequeña presencia militar ahí mientras reorganiza el ejercito estadounidense para enfrentar una guerra aun mas grande contra China y Rusia que vislumbra en el horizonte. El ala nacional preferiría desinvertir en las fuerzas terrestres y concentrarse en los ataques asesinos aéreos para defender su estrecha esfera de interés.
El capital financiero aun tiene control, algo que fue evidente cuando John Bolton, consejero de seguridad nacional de Trump, denegó efectivamente al presidente con “preparando las condiciones para una retirada que podría mantener ahí las fuerzas estadounidenses por meses o años” (New York Times, 6/1). Bolton comenzó en la década de 1980, con una agencia de desarrollo internacional que era reconocida como frente de la CIA (NYT 15/4/14). Aunque tiene lazos con el ala domestica y como Trump no confía en Europa o las alianzas multilaterales, fue un prominente intervencionista en las administraciones de Bush.
El partido revolucionario comunista internacional; Partido Laboral Progresista, es el único que representa los intereses de la clase trabajadora internacional. El PLP es la única esperanza de acabar con el sistema capitalista podrido y criminal. Mientras exista el sistema de ganancias, el petróleo será indispensable para la guerra imperialista. El petróleo continuara los asesinatos en el Medio Oriente. Empezando con los 12 millones de refugiados en Siria, a las masacres de Yemen, donde EE.UU. ayuda a los matones, de la realiza saudí, a matar de hambre a cientos de miles de niños (NYT, 21/11/18). La necesidad de construir nuestro movimiento es mas urgente que nunca.
El Medio Oriente, Sur de Asia, cruciales para los imperialistas estadounidenses
Desde la invasión a Afganistán en 2001, las guerras instigadas por EE.UU. han asesinado a mas de un millón de personas (NYT, 13/4/18). Esto no incluye los anteriores conflictos en la región o los 500,000 niños en Irak, asesinados por las genocidas sanciones del demócrata Bill Clinton en la década de 1990.
Para el 2008, conforme se hacen mas sangrientas las guerras en Irak y Afganistan, la crisis económica en EE.UU. apretaba al imperialismo estadounidense. Los patrones rusos extendían su presencia naval en el oriente Mediterráneo, anclados por su base en el puerto Tartús, Siria, obligo a EE.UU., bajo el demócrata Barak Obama, a acelerar financiamiento a grupos “pro-democracia”. En 2011, cuando la primavera árabe, financiada por los capitalistas estadounidenses, llevaba a demostraciones masivas, EE.UU. estaba listo para explotar los disturbios. Miembros del ejercito sirio, con conexiones a la CIA, formaron el Ejercito Libre Sirio (International Business Times, 26/6/15).
Apoyado por bombas estadounidenses, Obama ordena la entrada a Siria de la CIA en 2013. Irán, representando a Rusia y Hezbollah entran en 2015, apoyados por las bombas rusas (Al Jazeera, 14/4/18). Bajo la careta de luchar “contra el terrorismo” e ISIS, ambos poderes imperialistas han apoyado las guerras de lucro por sus representantes. ISIS, con toda su brutalidad y retroceso, no se compara con los mas grandes terrorista; los imperialistas estadounidenses y rusos.
La declaración de Trump de la retirada de tropas le da la victoria a los gobernantes rusos. Ya sea que Trump lo haga o no, lo cierto es que los patrones estadounidenses seguirán masacrando trabajadores para mantener su nivel de control sobre esta estratégica locación y los campos petroleros de la región.
Hipocresía de la falsa izquierda
El New York Times, vocero del ala principal capitalista, diariamente presenta los indignados alaridos de los demócratas reclamando contra la retirada de Trump. Su comité editorial se ha pronunciado repetidamente de querer “proteger la nación” señalando a Trump por ceder, a Irán y Rusia, un país estratégicamente vital” y “un regalo a Vladimir Putin” (NYT, 19/12/18 y 27/12/18).
Los demócratas por ahora son los mas leales sirvientes del ala principal y defensores del imperialismo estadounidense. Desde 2016 a 2018, como partido de minoritario en la Cámara de Representantes, votaron dos a uno para dar aun mas dinero de lo solicitado por Trump al ejercito (Forbes, 20/6/18). Haciendo echo de los gobernantes estadounidenses, la “heroína de la resistencia” la presidente de la Cámara, Nancy Pelosi, ataco la retirada de Trump como “prematura” y prometió una revisión, por el Congreso, de la decisión “para asegurar que las decisiones del presidente promuevan nuestros intereses de seguridad nacional” (Independent, 20/12/18).
Pelosi, pro Wall Street, la demócrata mas poderosa en el Congreso, nunca ha estado contra la guerra. Ha apoyado cada acción militar estadounidense desde su elección en 1987 y apoyo, secretamente, la tortura después de los eventos del 11 de septiembre del 2001 (NYT, 14/5/09; CNN, 25/11/09).
Mientras tanto, los nuevos “demócratas socialistas”, electos al congreso, como Alexandra Ocassio-Cortez, Ilhan Omar, y Rashida Tlaib, no dicen ni pio. Los tres, besándole la mano a la archí-imperialista Pelosi, votando para que regrese como presidente de la Cámara
Muchos trabajadores esperan que el liderato obrero emerja de alguno de estos políticos electos. Pero apostar por cualquiera de estos lideres engañosos, como si fueran menos peligrosos que el racista y sexista Trump seria un error letal.
Imperialismo estadounidense necesita mas fascismo
Aun con lo errático e indisciplinado que es Trump, ha logrado consolidar una base blanca supremacista alrededor del ala capitalista nacional. La intensificación de la lucha entre las dos alas fue aparente cuando al sorpresivo anuncio de retirada le siguieron renuncias de alto rango, entre ellas la del secretario de defensa Jim Mattis, leal al ala principal.
Para los trabajadores en EE.UU. el fascismo significa la disminución de calidad de vida y crecientes ataques racistas, sexista y nacionalista para pagar por la tercera guerra mundial. Richard Haass, presidente del Concejo en Relaciones Exteriores, grupo de expertos mas prominente del ala principal, predijo que la siguiente guerra estadounidense comenzaría en Irán: “Siria podría ver un aumento en combate…[posiblemente] Arabia Saudita, Egipto, Turquía…las cosas, cuando ocurren en el Medio Oriente, tienden a esparcirse por todo el mundo” (MSNBC, 27/12/18).
Acabemos el imperialismo con el comunismo
Mientras los patrones en el mundo planean la guerra para proteger sus tesoros, el PLP nos ofrece otra solución para la clase trabajadora internacional: el comunismo. Los trabajadores, estudiantes, y soldados alrededor del mundo no tienen opciones con ningún grupo de capitalistas y terroristas.
Nuestro interés esta en construir un Ejercito Rojo internacional de millones para acabar con este sistema racista y genocida y las fronteras racistas que los imperialistas marcan para mantenernos divididos. El capitalismo solo ofrece a nuestra clase las miserias del fascismo y guerras imperialista. El comunismo significa abolir el capitalismo. No tenemos nada que perder y un mundo que ganar. ¿Te unirás a nosotros?

LOS ANGELES, January 9—¡Miles se estan preparando para la huelga!
Mientras el DESAFIO va a la imprenta, el sindicato de los Maestros Unidos de Los Angeles (UTLA) ha pospuesto la huelga de mañana al lunes por “incertitud de si un juez puede ordenar que el sindicato espere” (Los Angeles Times, 1/9). El sindicato estaba esperando a negociar un acuerdo, conviertiendo los problemas y competencia legal en la corte.
¡Mientras el sindicato, cortes y el Distrito de Escuelas Unificado de Los Angeles (LAUSD) lidia con su papeleo, es el interés de cada obrero ir a huelga!
Para preparar, 50,000 maestros, estudiantes, padres y grupos comunitarios marcharon “a defender la educación publica” a mediados de diciembre. La marcha llega después de 18 meses de negociaciones de contrato fallidos para los maestros de LAUSD, el segundo distrito escolar mas grande del país. Los maestros estan hartos con las condiciones de trabajo que estan encarando y los estudiantes estan hartos con las condiciones de aprendizaje: salones repletos, falta de recursos, exámenes innecesarios, fondos públicos los estan desviando hacia companias privadas de chárter y baja paga. Muchos aquí creen que una huelga es eminente.  
Unidad obrero-estudiantil
Un estudiante hablo, “! déjenme empezar diciendo como estoy de irado con el superintendente Beutner. No ha hecho nada para reducir los tamaños de clases repletos… No ha hecho nada para terminar la ley de búsqueda al azar de tomarme a mi y a mis amigos fuera de la clase a inspeccionarnos todos los días. Para aclarar, saca a sus niños de la clase empezando en el grado 6to para inspeccionar si tienen armas… no tiene nuestro interés en mente… si ustedes todos tienen que ir en huelga por estos problemas, los estudiantes estarán con ustedes!”
Cuando los estudiantes estan al lado de los obreros, ese nivel de unidad no puede ser sub estimada.
El superintendente Beutner, un criminal clásico capitalista
El superintendente de LAUSD, Austin Beutner, ciertamente es un político con lazos a las companias de escuelas chárter. Ha sido un donante a escuelas locales charter y ha publicitado sus éxitos (LA Times 10/18). Recientemente ha contratado consultores privados con antecedentes sospechosos, como la firma que pone presión Mercury Public Affairs, que represento al ex consejero de Trump (y un criminal condenado) Paul Manafort, le ayudo a Flint, Michigan volteo su crisis de agua envenenada y le aconsejo a Walmart de campañas anti-sindicato (Reclaim Our Schools LA 11/18).
El billonario que aboga por escuelas chárter Eli Broad antes fue un asociado de negocios de Austin Beutner y contribuyo $3 millones de dólares a LAUSD como un “voto de confidencia” a el cuando lo contrataron. Su conexión incluye un atentado fallido de Broad de tomarse ambos el LA Times y San Diego Union-Tribute en el 2016, después que dejaron que Beutner lo despidieron como editor y presidente de ambos periodicos (San Diego Reader 2/16).
Problema principal: condiciones de aprendizaje racistas
El problema principal en las escuelas sigue siendo las condiciones racistas de estudiantes. Salones repletos y leyes racistas han plagado la educación publica por generaciones. Deshacerse de un superintendente, político o presidente no cambiara eso.
En lo que tiene que ver con la huelga no cambia la naturaleza del capitalismo, nos construye los musculos de la clase obrera a aplastar este sistema y construir una sociedad liderada por los obreros.
La educación bajo el capitalismo se determina por las necesidades de la clase gobernadora. Tambien entrenan la próxima generación de obreros a un ambiente parecido a prisiones y condiciones laborales como: largas horas, disciplina y reprimenda, jerarquías.
Solo cambiando el sistema en si podemos crear un ambiente propio de aprendizaje que le sirve a los intereses de la clase obrera y nuestros hijos.
Huelga para poder de los obreros
Sin embargo, las huelgas nos pueden enseñar lecciones útiles para nuestra clase. Las huelgas le muestran a nuestros patrones y a nosotros el poder que tenemos como una clase obrera unida. Las huelgas le muestran a los patrones que nos necesitan, pero nosotros no necesitamos los patrones.
Cuando los maestros en Los Angeles hagan huelga, se unirán a muchos obreros de educación valientes de todo el país quienes han hecho los mismo en años recientes. Mas o menos un 5 porciento de todos los maestros en las escuelas de kínder al bachillerato en los Estados Unidos han hecho paro en el 2018, lo mas desde 1992. Los paros incluyen huelgas en el estado de Washington, Carolina del Norte, Arizona, Colorado, Oklahoma, Virginia Occidental, y Kentucky (Washington Examiner 10/18). Esto es una señal de un aumento en la lucha de la clase obrera por todo el país, sin mencionar una lucha parecida por todo el mundo.
Las huelgas estan en el primer paso de una larga batalla por el poder de la clase obrera y un sistema que realmente le importa nuestras necesidades. Sin embargo, ellos solos no son suficiente. Eventualmente tenemos que usar las lecciones que hemos aprendido de fortaleza de una clase obrera unida y derrocar este sistema. El Partido Laboral Progresista (PLP) cree que cambiar el sistema capitalista a uno comunista le dara a la clase obrera control de sus propias vidas. Bajo el comunismo, las decisiones no se harán colectivamente. No habran patrones, políticos, o competencia. No habrá explotación racista o sexista. ! Unete a nuestro largo camino al comunismo y aprende como hacerlo realidad!