OAKLAND-Los dueños de Oakland A’s (equipo de béisbol de Grandes Ligas) habían puesto sus ojos en el sitio Laney College para un nuevo estadio. Para muchos, esto era una condena inminente para el vecindario y Laney Community College.
Muchos parecían resignados a la desesperanza o soñaban con lo que podrían obtener de un acuerdo en el estadio. Un ardiente grupo de personal y estudiantes de Laney Community College y grupos comunitarios se organizaron contra los capitalistas y sus secuaces administrativos. Después de más de seis meses de lucha, los patrones de la universidad se vieron obligados a detener los planes con Oakland A’s.
El torcido canciller, Jowel C. Laguerre, y un nativo de Haití, tiene un historial de cambiar fondos en sus propios bolsillos en Solano y Peralta Community Colleges con fondos de la Medida B (dinero de los impuestos que se suponía iba a ser utilizado para contratar a más profesores por tiempo parcial). Se reunió con el presidente de la A, Dave Kaval, varias veces para tratar de impulsar los contratos. El canciller trató de vender la píldora amarga de una adquisición en el Coliseo de la propiedad de Laney con los recubrimientos de azúcar que esto traería más ingresos a los presupuestos de la “comunidad hambrienta” de Community College.
El propietario de A es John Fisher, de la familia Fisher, fundadores de la compañía de ropa GAP. También son dueños de Mendocino Redwood Company, la empresa maderera del norte de California. The Fishers es un corredor en el tercer mercado de vivienda más inasequible del planeta, San Francisco. El resultado es el desalojo de inquilinos y el desplazamiento de personas de la clase trabajadora principalmente negras y latinas.
El nuevo estadio aumentará los costos de vida y vivienda para sus residentes actuales. Impulsará el desarrollo de propiedades residenciales y comerciales dirigidas a personas que no sean de clase trabajadora. Esta es una tendencia constante de desplazamiento racista en todo Oakland.
Una alianza de estudiantes, personal y miembros de la comunidad contraatacaron. Debido a la organización colectiva, cientos asistieron a las últimas cuatro reuniones de la Junta de Fideicomisarios para dar testimonio personal de por qué el trato de los A no fue más que un acaparamiento de tierras y un intento de gentrificar la tierra de Oakland junto a Laney College, Chinatown y el vecindario de Eastlake. Los esfuerzos organizativos incluyeron: correos electrónicos, llamadas telefónicas, reuniones en el aula y artículos circulados sobre cómo los estadios dañan los barrios negros, latinos, asiáticos y de clase trabajadora.
Mientras la junta permanecía encaramada como falsa realeza, muchos antirracistas hablaron apasionadamente sobre por qué Laney College y la comunidad circundante son un oasis remanente para la clase trabajadora multirracial e inmigrante en Oakland. Los oradores denunciaron el racismo institucional de una decisión de la Junta o el apoyo del Canciller a un acuerdo que podría liderar el camino hacia la privatización de Laney College, que ahora sirve a una población mayoritariamente negra, latina, asiática, inmigrante y estudiantes de bajos ingresos.
La gerencia de los Atléticos agasajó y cenó a los fanáticos antes de la reunión de BOT y los llevó a declarar sobre la importancia de los Atléticos para Oakland. También trataron de influir en las personas con historias de excepcionalidad (de la pobreza a la riqueza de Haití) o historias de dinero para reducir los presupuestos. Pero, en última instancia, estos malhechores sirven a la clase dominante y usan políticas de identidad para confundir y conquistar. Necesitamos ver a aquellos que pretenden hablar en nombre de la comunidad, como lo intentó el Canciller, como sirvientes depredadores de los grandes capitalistas con dinero.
Después de muchos meses de lucha, el sindicato de maestros, PFT (Federación de Maestros de Peralta), finalmente apoyó el colectivo de lucha y dijo “NO” al acuerdo del estadio. Esto fue poderoso. El liderazgo de PFT solo actuó después de que los miembros lo presionaron, después de que el colectivo antiestadio presionó al sindicato.
Esta presión de la clase trabajadora desde abajo obligó a la Junta de Fideicomisarios a instruir al Canciller Laguerre para que detenga las conversaciones para negociar con los A’s. Sin embargo, incluso después de que la Junta de Fideicomisarios votara oficialmente, el Canciller se aseguró de mencionar a SF Chronicle “la puerta nunca se cierra” en tales acuerdos. Dentro de una semana de esta victoria, el Consejo Escolar del Distrito Escolar Unificado de Oakland (k-12) votó para recortar $ 9 millones del presupuesto escolar de mitad de año por la protesta de cientos de maestros, estudiantes, padres y la comunidad. El desmantelamiento racista de la educación pública continúa.
PLP y otros respondieron sabiendo que se trata o no, de que la tendencia actual es la de desmantelar la educación pública para los estudiantes multirraciales de clase trabajadora en Laney.
Eran los trabajadores de todos los días (especialmente un grupo multirracial de mujeres), los estudiantes y el personal los que tenían más que perder que aparecían y se estimulaban para pelear. A través de la lucha, los individuos ganaron confianza en su capacidad de contribuir.
Los colores del equipo de Oakland A de verde y amarillo no representan a la clase trabajadora. En lugar de eso, animémonos para que los trabajadores de todos los días, nosotros mismos, tengamos una vida colectiva sana, educada, significativa. Ese color es rojo revolucionario. Los miembros del PLP apuntan a construir un movimiento y a festejar por una sociedad comunista. Confiamos en que la clase obrera destruirá el capitalismo y creará y gobernará una sociedad sin fronteras. Únete a nosotros.

El 9 de febrero, cuando Corea del norte y el Sur marchen juntos en la apertura de las Olimpiadas de Invierno, la unidad simbólica de ambos países significara la erosión de la dominación imperialista de EE.UU. en la Península Coreana. Los patrones capitalistas de EE.UU. están más y más desesperados en mantener su estatus deteriorado de líder global, una crisis complicada por el inestable presidente Donald Trump y el mismo desorden de los patrones. Con la economía y fuerza militar creciente de China, aliados de largo tiempo como Corea del Sur y Japón ahora están protegiendo sus apuestas y buscan en defenderse por si mismos.
Mientras los patrones de EE.UU. debaten como es lo mejor para preparase para la próxima Guerra de Corea, el Partido Laboral Progresista y la clase obrera internacional se deben organizan para enterrar estos crea guerras de una vez por todas.
Todos los eventos señalan la guerra
Mientras los Estados Unidos y China tocan los tambores de guerra y preparan por un conflicto global inevitable, la Península de Corea de 680 millas de larga puede ser el centro de esto. Un amortiguador histórico y ruta de invasión de EE.UU., China, Rusia, y Japón el poder regional.
El Secretario de Guerra James Mattis anuncio que la estrategia de guerra de EE.UU. cambiara su enfoque primario de “contra terrorismo” a “competencia de gran poder” con China y Rusia. En su despliega de la Estrategia de Defensa Nacional de Trump, el dijo, “Nuestra ventaja competitiva se ha erosionado en cada dominio de guerra- aire, tierra, mar, espacio y ciberespacio- y esta continuando a erosionar” (Bloomberg, 1/19). Mientras los patrones de EE.UU. sobriamente admiten su declina como poder dominante global, no van a aceptar su estatus de segundas sin una guerra. En el momento, todos los eventos señalan a la guerra:
•    Más de 1,000 soldados de la reserva de EE.UU. practicaran movilizaciones de reacciones rápidas y ejercicios de ataques aéreos en Febrero. EE.UU. también esta mandando fuerzas de Operaciones Especiales a Corea del Sur y esta desplegando bombarderos adicionales, incluyendo B-es, a Guam. El General Tony Thomas, comandante de Comando de Operaciones Especiales basados en Tampa, Florida, dijo que tropas ahora están ocupando Irak y Siria “tal vez tendrán que cambiar del teatro de Corea al Medio Oriente en mayo o junio, si las tensiones escalan en la península” (New York Times, 1/14). Mientras tanto, planes de modernizar y mantener “el arsenal nuclear de EE.UU. por los próximos 30 años costara mas de $1.2 trillones” (NYT, 1/13).
•    China esta aumentando la seguridad entre su frontera con Corea del Norte, desplegando mas soldados y detectores de radiación. “China debe estar listo para la guerra en la península Coreana, con el riesgo de conflicto mas alto que antes, los consejeros del gobierno de China y el oficial retirado del ejercito advirtió el sábado. ‘Condiciones en la península ahora crean el riesgo mas alto para guerra en décadas,’ dijo el profesor de relaciones internacionales en la Universidad de Renmin Shi Yinhong, quien también aconseja el Consejo de Estado, el gabinete de China” (South China Morning Post, 12/18/17).
•    Japón, junto con EE.UU., esta haciendo planes para evacuar a 60,000 ciudadanos japoneses y 200,000 nacionales de EE.UU. en Corea del Sur en el evento de crisis (The Daily Yomiuri, 1/16).
•    La versión de Trump de la Revisión de Postura Nuclear, empezó con el Jefe Imperialista de ese entonces Barack Obama, expande el rango de pretextos para un futuro ataque nuclear. Esta normalización de guerra nuclear, incluyendo respuestas a ataque cibernéticos, expone la desatención completa por la clase obrera mundial. Una sola ojiva moderna nuclear, muchos mas letal que las bombas atómicas que EE.UU. lanzo sobre las poblaciones civiles en Japón en 1945, podría asesinar millones y dañar la clase obrera por generaciones. EE.UU. es el primer imperialista de desarrollar armas nucleares y el único imperialista de haberlas usado en la guerra.
Listos o no
Como han advertido los grupos de expertos del capital financiero de EE.UU., cualquier ataque nuclear en Corea del Norte encenderá “una guerra completa en la Península Coreana que pondría en riesgo a millones de vidas y ultimadamente disminuiría el poder e influencia de EE.UU. en Asia-Pacifica” (Foreign Affairs, 1/9). Los pensadores de largos enlaces de los patrones reconocer que una nueva guerra de Corea del Norte “probablemente seria mas devastadora que cualquier conflicto que los Estados Unidos ha experimentados desde la Segunda Guerra Mundial, y mas.” Aun dado la importancia estrategia de la península, los patrones de EE.UU. no tienen otra opción.
Hasta hoy, los patrones no están preparados para ganar ese tipo de guerra. Requeriría un resurgimiento patriótico y servicio militar obligatorio a generar masas de tropas comprometidas. La inestabilidad interna capitalista y las profundas divisiones entre las facciones de la clase gobernante (véase pagina 7) limita su manejabilidad. Además, como advierte Foreign Affairs, incluso un primer ataque nuclear “limitado” implicaría grandes riesgos políticos para EE.UU.
Si Washington inicia un conflicto y Pyongyang escala, Seúl y Tokio podrían considerar restringir (o incluso terminar) sus alianzas con Estados Unidos, expulsando las fuerzas armadas de EE.UU. de su territorio, y desarrollando sus propias armas nucleares. Este efectivamente acabaría el dominio geopolítico de EE.UU. en Asia-Pacifica, creando una región hendida con división e inestabilidad, con poder e influencia de EE.UU. reducido y China posicionado para llenar el vacío (1/9).
Adquiriendo más tiempo
En la edición de enero/febrero de Foreign Affairs, Oriana Skylar Mastro señala que ni EE.UU. ni China están listos para “una guerra total” contra la otra. En el evento que se comenzaran hostilidades en la península, ella especula de la posibilidad de una ocupación compartida de Corea del Norte a término corto, con EE.UU. cediendo el control de sitios de misiles nucleares entre 60 millas de la frontera de China. Mastro sobresalta cuanto el ejercito militar ha evolucionado en los últimos 20 años, gracias a la modernización y reforma estructural: “Washington debe reconocer que China intervendrá extensivamente y militarmente…Bejing se aseguraría que sus intereses se tomen en cuenta durante y después de la guerra.”
Para los patrones, la Península Coreana es solo un área significativa de interés de muchas. Como señala Foreign Affairs, “mas que nada, los formuladores de políticas deben cambiar su mentalidad de ver la involucración de China como una oportunidad en vez de un obstáculo…Con Corea del Norte fuera del camino, los Estados Unidos tendrían mas recursos a su disposición para liderar con otras amenazas” – involucrando el petróleo del Medio Oriente, por ejemplo.
Pero dado que la naturaleza del imperialismo es que cada uno por si mismo, en el cual la competencia es primaria, cualquier cooperación temporal con China seria una táctica de retraso, al menos. Al final, tendría que hacer paso para guerras más grandes.
Se avecina la guerra mundial
Una falta de unidad nacionalista y fervor de la clase obrera es el obstáculo más grande para los planes de guerra de los patrones de EE.UU. No podemos predecir el momento o marco de la próxima guerra en la Península Coreana. Pero es claro que una guerra mundial con China se avecina. El debate abierto de los patrones de “mejores practicas” para guerra revela su desatención evidente de las vidas de la clase obrera. Los obreros se deben reusar a sacrificarse por guerra de ganancias.
La clase obrera sigue siendo un comodín, un factor que ningún de los imperialistas esta adecuadamente tomando en cuenta. La Primera y Segunda Guerras Mundiales nacieron revoluciones en Rusia y China, respectivamente. En contra de este periodo de débil lucha de clase, debemos construir un movimiento masivo internacional comunista y un Partido Laboral Progresista capaz de tomarse el poder del estado cuando llegue el momento. ¡Hoy debemos advertir de la guerra por venir y el fascismo; mañana debemos voltear las armas!

CIUDAD DE NUEVA YORK, 21 de enero—En la segunda Marcha Femenina anual, el Partido Laboral Progresista marchó para demostrar nuestra determinación de ver el sexismo derrotado de una vez por todas. Sin embargo, el capitalismo necesita el sexismo como necesitamos el aire para respirar.
La valentía masiva de la tendencia #MeToo señala el camino a seguir. Pero los poderosos elementos de la clase dominante de los EE. UU. Están comprometidos en un esfuerzo integral para redirigir la ira de este momento hacia los brazos expectantes del Partido Demócrata.
La misma clase capitalista que ha montado ataques contra mujeres de alcance y violencia impresionantes ahora quiere poseer / controlar el movimiento contra el sexismo “sistémico”.
En un clima donde muchas pancartas apuntaban a la votación y las elecciones de 2018 como el siguiente paso en el levantamiento antisexista que hemos presenciado desde la elección de Trump, nuestro folleto con el titular “No es solo Trump, es el capitalismo”, encontró con una recepción entusiasta de muchos y un puñado de Pelepeistas incluso fueron capaces de convertir ese lema en un canto que fue retomado por los manifestantes que estaban cerca a medida que avanzábamos por el centro de Manhattan.
Cuando la marcha doblaba la esquina de la calle 59 a la Sexta Avenida y pasaba el Hotel Trump International ubicado allí, los cánticos liberales, “No odio, no hay miedo, los refugiados son bienvenidos aquí”, resonaron; nuestro eslogan “detener las deportaciones racistas, los trabajadores no tienen nación” no pareció tan acorde con los elementos principalmente blancos de la clase media que formaron la mayor parte de los participantes. La ira es alta pero la conciencia es relativamente baja.
En otras partes de la demostración donde más personas de color y jóvenes formaron el cuerpo de la multitud cuando la multitud gritaba “Hey hey, ho ho, Donald Trump tiene que irse”, coreabamos “El capitalismo tiene que irse” y la gente cambió y se unió a nosotros
Mientras cantábamos, la gente agarraba folletos y desafíos. Se distribuyeron cientos de documentos y más de 1,500 folletos. Hicimos discursos cortos y algunas personas nos agradecieron por señalar que no solo Trump es el problema.
Liberalismo: el peligro principal
La agenda de Trump -desde la factura de impuestos a los ataques propuestos contra Medicare / Medicaid, la negativa a rastrear la brecha salarial, una reimposición de una regla de mordaza global sobre el aborto y más- es un gran ataque contra las mujeres de la clase trabajadora. Sin embargo, nos engañamos al creer que el poder en manos de los demócratas significa progreso.
Los capitalistas y sus medios no se preocupan por las mujeres trabajadoras. Los patrones ven a las trabajadoras como instrumentos de producción de futuros trabajadores o como objetos. Los imperios mediáticos capitalistas obtienen ganancias asombrosas del marketing sexista y la pornografía, mientras que sus amigos en la economía capitalista informal trafican a las mujeres a la esclavitud.
Las mujeres y las niñas constituyen la mayoría de las fuerzas de refugiados a través de las fronteras capitalistas racistas desde América Central hasta el este y el centro de África y el Medio Oriente hasta la Bahía de Bengala. Decenas de millones de nuestras hermanas de clase trabajadora son llevadas a campamentos de refugiados y sujetas a la pobreza extrema, el abuso, la explotación y el tráfico por parte de las fuerzas del imperialismo que siguen siendo las mismas desde Obama hasta Trump.
No podemos alegrarnos del hecho de que un número récord de mujeres se postuló para cargos públicos bajo banderas Democráticas en 2017, una tendencia que busca continuar en 2018. Proporcionar capitalismo estadounidense racista y sexista con más mujeres y políticos no blancos al frente de la guerra y el fascismo es la misión central del Partido Demócrata.
Avances contra el sexismo
El movimiento de mujeres en los EE. UU. Trabajó durante setenta años antes de que la clase dominante le otorgara el derecho al voto en 1920.
En la Unión Soviética, las mujeres ganaron este derecho tres semanas después de la toma del poder en 1917. En la entonces China revolucionaria, los comunistas desterraron la atadura de pies para siempre. La prostitución fue abolida en Cuba después de la revolución de 1959.
La lista de avances masivos para las mujeres continúa. Incluso la huelga de mujeres de marzo de 2017 tuvo lugar en el Día Internacional de la Mujer, una fiesta de inspiración comunista.
A medida que el capitalismo ha regresado a Rusia y China, el tráfico sexual y la opresión de las mujeres han regresado. Las mujeres han pagado quizás el precio más alto por la reversión de las revoluciones comunistas.
El feminismo no derrotará al sexismo
Aprender de los errores del viejo movimiento y reconstruir el movimiento para el comunismo es prioridad para el Partido Laboral Progresista.
El feminismo busca generar un capitalismo que “funcione” también para las mujeres. Se basa en la estrategia fatal de “unidad de toda clase”, borrando la diferencia entre las experiencias y los intereses de las mujeres de la clase trabajadora y las mujeres de la clase gobernante.
La opresión especial de las mujeres negras es una cuestión de importancia cardinal y los peligros acrecentados del capitalismo genera para las mujeres negras, desde resultados de salud adversos hasta asesinatos policiales racistas, claman por la abolición de todo este orden social, no por los reordenamientos menores de las mujeres negras. relaciones opresivas que implica el feminismo.
El feminismo, al etiquetar a los hombres como la fuente del sexismo y no del capitalismo, sirve para dividir aún más a la clase trabajadora. Al exigir “igualdad” dentro de un sistema basado en la explotación y la guerra, el feminismo nos deja abogando por demandas archimperialistas como poner a las mujeres en combate en las guerras imperialistas.
Más por venir
La lucha #MeToo es una oportunidad para que los comunistas levanten una lucha antisexista en su lugar de trabajo y profundicen con sus amigos sobre las raíces del sexismo. Hasta que la clase trabajadora internacional-multi-racial,-generacional- elimine el capitalismo, nadie se libera. Construyamos un movimiento comunista con el Partido Laborista Progresista.

CHICAGO, 21 de enero—Para la segunda Marcha de la Mujer anual, el Partido Laboral Progresista (PLP) otra vez se movilizo con los trabajadores de la región contra el sexismo perpetuado por la clase gobernante estadounidense. Cientos de miles de anti-racistas se presentaron hoy para expresar su ira contra la ideología sexista, la violencia y opresión.
A pesar de la ira de muchos manifestantes contra Trump y el sistema, el tono general de la marcha tuvo un carácter reformista y pasivo. Muchos manifestantes gritaban por el voto. La mayoría de las manifestantes eran blancas, un reflejo del racismo y el sexismo de los demócratas que organizaron la marcha. Los ricos capitalistas liberales y sus políticos históricamente han explotado y han excluido a las trabajadoras negras, latinas, árabes, asiáticas e indígenas de sus “movimientos”, absorbiendo muchas luchas anti-sexistas genuinos de clase trabajadora para sus propios beneficios imperialistas basados en las ganancias.
Nuestro pequeño pero poderoso grupo provoco una nueva conversación, una conversación que animo a los anti-sexistas a que “marcharan fuera de las votaciones”. Distribuimos cientos de DESAFIOS y cercas de 1,000 volantes, denunciando el sistema capitalista entera y por la necesidad de derrotarlo completamente. Un miembro del PLP dio un discurso revolucionario en el megáfono exponiendo la amenaza que los liberales les ofrecen a las mujeres – el mismo futuro que los conservadores ofrecen: más bajos salarios, la violencia sexual y la falta de acceso a los recursos.
Los trabajadores fueron muy receptivos a nuestro mensaje, tomando el DESAFIO y dándonos su información de contacto. Este es una buena indicación que la gente está buscando otras alternativas, no solamente en la urnas electorales y eslóganes de buen rollo.
Soluciones farsantes a un problema político mortal
Los recientes movimientos anti-sexistas en Hollywood y EE.UU. Corporativo han inspirado a muchos a que denuncien y tomen acción contra la opresión sexista, la violencia y la desigualdad. Pero si el resultado es en conseguir a alguien como Oprah Winfrey para presidente, la primera mujer negra mil millonaria—quien, para comenzar, hizo su dinero de la industria de los medios de comunicación no equitativo y sexista. Entonces los esfuerzos de muchas valientes anti-sexistas serán en gran medida pérdida. Mujeres ricas, negras o no, no son amigas de las mujeres o los hombres de clase trabajadora.
Para avanzar un verdadero movimiento masivo anti-racista, necesitamos de ir más allá del liberalismo, el feminismo, y la política de identidad. Adoptando medidas para más mujeres ejecutivas y políticos no liberara a las mujeres. Necesitamos de estar codo con codo en la lucha con mil millones de trabajadores alrededor del mundo para entender el papel del capitalismo en esparramando el sexismo, y para construir una revolución comunista como una verdadera fuente de justicia y liberación para nuestra clase.
El capitalismo = El sexismo
La base del sexismo es la sociedad de clase. Aunque la desigualdad sexista precedió el capitalismo por muchos siglos, es el sistema económico y político capitalista global que es responsable por reproduciendo las divisiones sexistas y la violencia masiva contra las mujeres que vemos hoy en día.
Tan solo en los Estados Unidos, vemos que los salarios diferenciales sexistas persisten contra las mujeres, con mujeres latinas recibiendo 58 centavos por dólar mientras haciendo el mismo trabajo que los hombres blancos, con mujeres negras recibiendo 65 centavos por cada dólar, y mujeres blancas 82 centavos por cada dólar (Pew Research 7/1/16).
Con el objeto de seguir pagando menos a las mujeres, los patrones capitalistas necesitan de empujar constantemente todo tipo de ideologías y ataques sexistas. Mujeres son reducidas a menos objetos y degradadas en los medios de publicidad y “entretenimiento”, niñas preadolescentes son secuestradas y vendidas a la esclavitud sexual. Personas con diversa orientación sexual son víctimas de la brutalidad y asesinados en velocidad obscena. Se ensena a las mujeres y hombres a que se consideren rivales e inherentemente diferentes, con millones de hombres acceptando la mentira farsante y destructiva que las relaciones sociales sexistas existen por su beneficio. Todas estas divisiones toxicas y deshumanizantes efectivamente sostienen el sistema capitalista en deshabilitando los esfuerzos colectivos de los trabajadores para unirse y luchar contra el sistema.
La revolución comunista aplastara el sexismo
Por generaciones, comunistas e innumerables líderes de clase trabajadora, usando la historia, teoría y la práctica, han conocido que ni uno de estas divisiones sexistas han sido “naturales” o “inevitables.” Más allá de solamente luchando por la justicia económica, estos revolucionarios entendieron que el camino más directo y permanente para la igualdad política y social para toda la gente trabajadora ha sido en mujeres y hombres rechazando las divisiones sexistas y organizando contra sus explotadores comunes en la lucha por una sociedad comunista sin clases.
El PLP lucha para seguir adelante esta tradición comunista revolucionaria. Estamos organizando mujeres y hombres trabajadores dentro un movimiento masivo internacional y un Ejército Rojo para destruir el sexismo, racismo y la desigualdad en su raíz: el sistema capitalista. ¡No Voten, rebelen! ¡Únanse al PLP!