BROOKLYN, NY, 1 de mayo—durante 50 años, el Partido Laboral Progresista (PLP), ha llevado a cabo la tradición del Primero de Mayo con marchas en las comunidades de clase trabajadora. Llevamos nuestras ideas revolucionarias a millas de personas que participan o son testigos de estas marchas.
Aunque no pudimos marchar este año en Brooklyn como lo hemos hecho en los últimos años, un grupo de nosotros se organizó de una manera diferente. Contactamos a amigos del trabajo, la comunidad y miembros de la familia para compartir nuestra celebración. Nuestra determinación era poder compartir el Primero de mayo con la mayor cantidad de trabajadores posible. ¡Nuestros esfuerzos resultaron en nuestra mayor participación del Primero de Mayo en años!
Planificamos colectivamente un evento que entrelaza imágenes de marchas pasadas del PLP, la historia de los orígenes del Primero de Mayo y su carácter internacional revolucionario. El compromiso del PLP con la lucha contra el racismo se mostró con orgullo en nuestra historia, desde nuestra marcha del 1 de mayo en Boston en 1975 contra el movimiento fascista anti-busing, hasta nuestra marcha del 1 de mayo en Chicago contra los nazis y los racistas violentos. Más recientemente marchamos aquí en Brooklyn junto con familiares de víctimas de asesinatos racistas de la policía. Destacamos un ejemplo inspirador del espíritu de lucha de la clase trabajadora durante la Segunda Guerra Mundial. Los combatientes judíos con liderazgo comunista encontraron una manera de celebrar el Primero de Mayo en medio de su heroica lucha armada en el gueto de Varsovia de Polonia.
Escuchamos a una enfermera dar una acusación detallada de los fracasos de la atención médica capitalista y su falta de preparación y maltrato a los trabajadores en la pandemia actual de Covid-19. Notamos la naturaleza racista de la atención médica capitalista antes y durante esta crisis. Si bien muchos de nuestros amigos ven claramente los fracasos de Donald Trump, señalan el racismo sistémico y los recortes que se han producido tanto en los demócratas como en los republicanos. Un ex trabajador del hospital señaló la gran cantidad de cierres de hospitales y la disminución del total de camas (20,000) y del personal en los últimos 20 años en Nueva York. No es de extrañar que el número de muertes sea tan alto.
Se hizo un informe sobre el trabajo de organización fuera de los EE. UU. Nuestro compañero detalló los esfuerzos que están haciendo para resolver colectivamente las necesidades inmediatas de vida y muerte del hambre, las condiciones sanitarias y los medicamentos empeorados durante esta pandemia. En medio de estos esfuerzos, el compañero de trabajo cómo las ideas comunistas revolucionarias estaban conectadas con los problemas pasados y actuales y ¡cómo una revolución comunista es la única solución!
Como resultado de nuestros esfuerzos del Primero de Mayo, varios de los participantes expresaron interés en aprender más sobre las ideas comunistas del PLP en los grupos de estudio / acción.
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¡Caravana contra la reincorporación de policías asesinos racistas!
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- 16 Mayo 2020 98 visitas
HYATTSVILLE, MD, 4 de mayo—Hoy una protesta audaz de autos en caravana, organizada por la Justicia por la Comunidad (CJ), protestaron contra el reintegro de seis policías asesinos racistas en la fuerza policiaca de Hyattsville. Veinte autos cargando a treinta personas, adornados con letreros militantes en contra de la brutalidad racista policiaca pasaron varias veces alrededor de la estación de la policía. ¡Miembros del Partido Laboral Progresista (PLP) participaron en planear el evento, llamando atención a la manera que el sistema capitalista racista sistemáticamente aterroriza e intimida la clase obrera, sin dejarnos opción para organizar una revolución comunista en contra de todo el sistema!
Conductores tocaron sus bocinas continuamente mientras pasamos la sede principal de policía en círculos. Música rebelde (“Mamá mamá, no puedes ver”, “Combate el poder”, “No les importamos”) salieron del altavoz, y un agitador de CJ vehementemente condeno la policía y los líderes políticos de Hyattsville mientras la caravana paro brevemente al frente de la estación de la policía.
Lo que le dio chispa a esta protesta fue la decisión del jefe de policía de Hyattsville, apoyado por el administrador de la ciudad y no opuesto por el alcalde o el consejo de la ciudad, de re-establecer policías quienes asesinaron a Leonard Shand el octubre pasado. Diez policías de tres jurisdicciones rodearon a Shand y lo asesinaron con un granizado de balas como una escuadrón de disparo (véase DESAFIO, 11/6/2019). Desde entonces, la familia de Shand, CJ, miembros del PLP, y otras organizaciones comunitarias han demandado responsabilidad por este crimen racista atroz. En vez, nos hemos encontrado con una narrativa pro-policía de parte del alcalde Candice Hollingsworth, el jefe de policía Amal Awad y ahora el Administrador de la Ciudad Tracey Douglas. Están justificando el asesinato, diciendo que no se han encontrado “ninguna violación de política interna” (Route 1 Reporter, 5/5). Estos tres “lideres” son mujeres negras, mostrando que el nacionalismo o feminismo no nos llevaran a la liberación. Necesitamos unidad de la clase obrera para una revolución comunista. Todos los políticos le sirven solo a las necesidades del capitalismo, sin importar su identidad personal o retórica. ¡Solo podemos depender de la base de la clase obrera para avanzar su lucha por la liberación!
Sorprendentemente, Awad y Douglas hicieron esta decisión mientras que la investigación formal de estos policías por parte del Departamento de Policía del condado Prince George (PGPD) y el Procurador del Estado por el asesinato de Shand no ha sido terminada. ¡Estos líderes políticos de Hyattsville están proveyendo una exoneración anticipada de hecho de estos asesinos! No que los obreros esperen justicia de la investigación de PGPD. Después de todo, el departamento alberga policía como esos quienes asesinaron a William Green (Véase DESAFIO 2/17/2019 y Washington Post, 10/23/2019). PGPD ha sido sujeto a dos decretos de consentimiento federal del Departamento de Justicia de EE.UU. por policiaco inconstitucional, y que aun conduce intimidación racista, agresiones y asesinatos.
Mientras que CJ correctamente continua a escalar la demanda por responsabilidad, los miembros del PLP continuaran participando, mientras llaman a los obreros a unirse a la lucha a largo tiempo para la justicia real que solo puede venir de derrocar el sistema capitalista. Este sistema necesita terror racista e intimidación para mantener a la clase obrera dividida, explotada y desarmada. El construir para la unidad multirracial, revolucionaria en la lucha a largo tiempo para una sociedad comunista, igualitaria, antirracista es la clave para nuestra victoria final sobre el sistema capitalista inhumano, racista.
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Crisis COVID-19 acelera el fascismo y la guerra
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- 16 Mayo 2020 104 visitas
Cada día el capitalismo demuestra que no puede proveer las necesidades de los trabajadores, por lo tanto, tiene que desaparecer de la faz de la tierra. La pandemia del coronavirus, que los gobernantes de todo el mundo ya veían venir, ha parado temporalmente a grandes sectores de la economía. Pero, sin importar cuando puedan los patrones abrir todas sus fábricas y servicios, lo que esta claro es que su tan promocionado “auge” ha sido la peor catástrofe para los trabajadores desde la Gran Depresión, o quizás de toda la historia moderna. Detrás de este monumental fracaso están las leyes del capitalismo (ver recuadro) y sus crisis cíclicas. Al final de cuentas, los gobernantes solo podrán sobrevivir su auto inducido cataclismo incitando a millones de trabajadores a morir in la próxima guerra imperialista mundial. Como comunistas militantes del Partido Laboral Progresista, nuestro trabajo es dirigir a la clase trabajadora internacional a voltear las armas contra este enfrentamiento asesino convirtiéndolo en fuego de sublevaciones revolucionarias. Nuestra tarea es construir un mundo donde el lucro, racismo, sexismo y la explotación de los trabajadores sean abolidas.
División entre los grandes fascistas
Los grandes fascistas del capital financiero, quienes han dirigido el imperialismo estadounidense desde la segunda guerra mundial, están en una lucha a muerte con los pequeños fascistas, orientados mas hacia la economía nacional, dirigidos por la familia Koch y con Trump al frente. Estas dos facciones de parásitos chupasangre tienen diferentes ideas de como hacer que su maquinaria de lucro vuelva a funcionar. Los pequeños fascistas quieren que los negocios se abran, y que los estados, desangrados de efectivo, se hagan cargo de lo que se tenga que hacer debido al covid-19. Los grandes fascistas, como Richard Haass, del Consejo de Relaciones Exteriores, pensando a largo plazo, comprenden que los gobiernos locales y estatales y los hospitales necesitan fondos para mantenerse a flote y mantener con vida a los trabajadores para que sigan creando ganancias. La clase dominante no puede esperar hasta el 2021 y una posible vacuna para terminar con las órdenes de “quédate en casa” y reabrir su economía. Necesitan aumentar las pruebas para el virus y la vigilancia y rastreo a escala masiva. Si logran hacerlo no será por empatía por la vida de los trabajadores. A los patrones solo les importa mantener intactas su línea de ensamblaje, sus cadenas de suministros y proteger sus industrias de la destrucción.
Aunque aun no han tenido la voluntad de practicar lo que pregonan, los grandes fascistas saben que tienen que disciplinar a su propia clase para crear la unidad de todas las clases, necesaria para la guerra mundial. También deben apropiarse de las nacientes luchas de trabajadores en las industrias de comida rápida y otros trabajadores, como quienes llaman a huelga porque buscan una moratoria o cancelación de su arriendo. Pero, aun cuando los gobernadores liberales demócratas como el de California; Gabin Newsom y de Nueva York; Andrew Cuomo, fingen preocupación por sus residentes, es claro que erraron con su respuesta a la crisis (ver DESAFIO, 29/4). Es mas, políticos estatales y federales hicieron varios recortes presupuestarios, racionando la asistencia médica a la clase trabajadora. Los reportes anules de inteligencia estadounidense que predecían una inevitable pandemia nos demuestran que la clase gobernante sabia lo que venia, pero no hizo nada (The Atlantic, 18/3).
La esperanza progresista, Bernie Sanders, endosa al racista, sexista, monigote de los banqueros; Joe Biden, como nominado demócrata a la presidencia, el ala principal liberal culpa a Trump por esta ultima crisis económica y el mal manejo de la respuesta al covid-19. Pero, los comunistas sabemos que los problemas empezaron mucho antes que Trump y que continuaran cuando el estafador se vaya. Es el capitalismo el que crea las condiciones para los desastres que devastan a la clase trabajadora.
Con el aparente éxito de contención del virus en Australia y Nueva Zelanda, además de Corea del sur, “algunos científicos se preguntan que si se elimina el virus con un buen manejo se podrá restaurar la fe, no solo en la democracia, sino en el valor del conocimiento” (New York Times, 24/4). Los gobernantes de las islas naciones las cerraron rápidamente, y controlaron la población a través de rastreo de contactos por celulares. Tarde o temprano los gobernantes estadounidenses necesitan tecnología similar para imponer el fascismo y prepararse para la guerra
Creando Camino Hacia la Tercera Guerra Mundial
El hecho que el capitalismo jamás funcionara para la clase trabajadora queda claro por esta prolongada crisis económica global. Conforme la tasa de ganancias cae (ver recuadro) los capitalistas les queda solo una opción: una destrucción masiva de la capacidad productiva que les permitirá comenzar el nuevo ciclo con menos competencia. El mundo capitalista escapo la Gran Depresión después que ambos lados bombardearon las fabricas de sus rivales durante la Segunda Guerra Mundial
Hoy, como preludio a la próxima guerra, la propaganda nacionalista de los gobernantes crece en EE.UU. y China. Ambos rivales imperialistas deben asegurar que los trabajadores traicionen sus propios intereses para combatir en un duelo a muerte por la hegemonía mundial. China, el poder en crecimiento, ha utilizado la crisis por el covid-19 para mostrar sus credenciales de liderato. Desde el primero de marzo, ha exportado millones de mascaras, kits de pruebas, y piezas de equipo protector personal (New York Post, 6/4/), mientras señala la alta tasa de muertes en EE.UU. y culpando al ejercito estadounidense de inventar el virus. Mientras tanto, los gobernantes estadounidenses, promueven el racismo anti-chino diciendo que los patrones chinos encubrieron información temprana sobre lo extenso de la infección y las muertes en China, utilizando supuestas muertes no contadas descubiertas por la CIA (NYT,2/4). En su ultimo intento por frenar la expansión de China, la marina estadounidense envió barcos de guerra al mar del Sur de China (NYT, 21/4).
Solo el comunismo sirve a la clase trabajadora
Los trabajadores que se ven forzados a escoger entre el hambre y un virus letal, reconocen esta basura racista. Aunque muchas protestas masivas no se han dado debido a los toques de queda y la prohibición de reuniones en grupo, los trabajadores siguen alzando sus voces. Con mascaras y distancia social, en caravanas de autos, por teléfono o en línea, las huelgas y protestas inspiran a la clase trabajadora mundial. Que los trabajadores dirigidos por comunistas se tomen estos momentos de lucha. ¡Derroquemos a los patrones y su letal sistema!
Con más de 26 millones de trabajadores, aplicando por beneficios de desempleo tan solo en EE.UU., y millones sin empleo que no califican, tenemos cientos de millones de trabajadores desempleados en el mundo. La clase trabajadora se vuelve inquieta cuando las masas se enfrentan al hambre y se quedan sin hogar. Se propagan las huelgas demandando el equipo protector más básico y lugares de trabajo más saludables, estas huelgas son dirigidas por los trabajadores que recientemente luchaban por mejores salarios y beneficios.
Arrendatarios en Norte América, Europa, y otros lugares, están organizando huelgas para el 1º de mayo demandando la cancelación de sus arriendos durante el pedido de crisis de la pandemia. Mientras tanto en EE.UU. los gobernantes pelean entre si sobre como mantener su disminuyente poder frente a los severos desafíos por parte de los imperialistas chinos. Nosotros en el PLP tenemos una oportunidad histórica. Mientras continuamos organizando en el trabajo, en las organizaciones de masas, podemos convertir este auge en actividad y militancia en escuelas para el comunismo.
Los capitalistas avariciosos tienen un panorama distorsionado de lo que es trabajo “esencial” durante la pandemia. Servicios de salud, tiendas de abarrotes, servicios de comida, y transporte público son necesidades para los trabajadores. Pero cuadrillas de construcción para estadios deportivos multimillonarios en los barrios gentifricados no es esencial para la clase trabajadora. Tampoco el acoso y asesinato en la calle de nuestras hermanas y hermanos de clase por la policía.
El trabajo mas esencial que podemos hacer es construir una organización comunista de masas para aplastar a los patrones y matar el contagio del capitalismo. ¡Adelante con el 1º de Mayo! ¡Únete al PLP!
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Carlos Marx sobre El Capitalismo en Crisis
“la sobreproducción esta condicionada de modo especifico por la ley general…explotar la máxima cantidad de trabajo con una cantidad dada de capital, sin tener en cuenta los limites del mercado o las necesidades respaldadas por capacidad de pago.”
--Carlos Marx, Teoría de la Crisis
Carlos Marx y el primer movimiento comunista estudio y mostro las maquinaciones internas del capitalismo. Estos pensadores encontraron que la economía capitalista – basada en la producción por ganancias - era vulnerable a crisis periódicas. Dos de sus ideas más importantes son; la crisis de sobreproducción, el resultado de un sistema competitivo no planeado y las tendencias de la tasa de ganancias decaerá con el tiempo.
El capitalismo moderno requiere que las grandes corporaciones utilicen préstamos de grandes cantidades de dinero para destrozar a la competencia y controlar el mercado. Crea una economía de consumo que requiere una masiva cantidad de crédito y deuda. Las demandas de ganancia de los patrones y sus presiones competitivas los llevan a cortar despiadadamente los costos y a atacar los salarios de los trabajadores. Por lo tanto, esto lleva a la sobreproducción, ya que los trabajadores no pueden costear lo que las compañías producen.
Conforme los restaurantes cierran y los trabajadores son despedidos o suspendidos y no pueden comprar tanta comida, vemos a agricultores destruir sembradíos y ganado simplemente porque no pueden venderlos. Sin importar que niños se mueren de hambre y tiendas y bancos de comida luchan por la falta de alimentos. Si los productos no pueden generar ganancias, los patrones los destruirán. La principal motivación de la clase dominante capitalista es siempre proteger sus intereses económicos. Las necesidades de los trabajadores son irrelevantes.
La caída de la tasa de ganancias es más notable en las economías capitalistas mas avanzadas, como EE.UU. Al principio lleva a las empresas a mover sus fábricas a países menos desarrollados, donde puedan pagar menos sueldos y tengan menos restricciones ambientales. Después mueven su capital de las fábricas a nuevas tecnologías a inversiones de papel como hipotecas y otras deudas empaquetadas como activos. La burbuja de estas deudas finalmente explota, como lo vimos durante la debacle del mercado de bienes y raíces en 2007-8. Debido a la interconexión global del capitalismo las caídas económicas en un área pronto crean consecuencias devastadoras para los trabajadores alrededor del mundo.
El mundo bajo el capitalismo está fallando y hay dos opciones emergentes: la opción de los patrones es el fascismo. El fascismo a través del aumento de la vigilancia y la policía, la guerra por las ganancias y el poder, la destrucción de los sistemas de salud y educación y otros crímenes contra nosotros. Covid-19 ha puesto al descubierto las letales desigualdades racistas del sistema de ganancias. Desde los Estados Unidos hasta África, desde América Latina hasta el sur de Asia, los trabajadores de todas partes sufren muertes no naturales por la enfermedad del capitalismo. La elección entre la decadencia capitalista y un futuro comunista internacional nunca ha sido más clara.
Para el Partido Laboral Progresista, nuestro camino es construir un mundo comunista donde los trabajadores tomen el poder y erijan una sociedad en interés de toda la clase trabajadora internacional.
Barrios, iglesias, escuelas, cárceles, hospitales, centros comunitarios, trenes y autobuses. Estos son algunos de los lugares donde el PLP está cultivando una cultura de lucha y de ideas y prácticas procomunistas. Estamos construyendo un partido donde todos los trabajadores y vidas se consideran esenciales.
El Primero de Mayo es la celebración de la clase obrera. Hoy, unimos nuestras demandas para luchar por el comunismo, un mundo donde la explotación de los trabajadores por parte de los patrones está prohibida y el racismo y el sexismo están prohibidos. El coronavirus es una oportunidad para que los jefes aumenten su poder, pero también para que los trabajadores se defiendan y construyan un mundo digno de nosotros.
Con nuestras respuestas a la pandemia de Covid-19, los comunistas y amigos del partido ya están mostrando cómo un mundo comunista en el que dependemos unos de otros en lugar de los jefes podría ser posible. Haití. México Colombia. Chicago Los Ángeles. Este de África. En todo el mundo, estamos encontrando formas innovadoras de salvaguardar la salud y el espíritu de lucha de nuestra clase.
Solo en el último año, tenemos muchas luchas para celebrar:
• Newark, NJ: los trabajadores lucharon por agua sin plomo y expusieron las mentiras racistas del alcalde liberal.
• Los Ángeles, CA: Los trabajadores conectaron la lucha de Shantel Davis en Brooklyn con Alex Flores en Los Ángeles, quienes perdieron a sus familiares a causa de policías racistas asesinos.
• Desde Puerto Rico hasta Colombia, abrimos el camino para una educación para la liberación de nuestros estudiantes.
Mientras tanto, ¿cómo están respondiendo los patrones? Por un lado, los pequeños patrones nacionales fascistas están presionando para abrir negocios de nuevo. ¡Porque, no importa cómo lo hagan, la clase dominante pone a los trabajadores de todo el mundo en último lugar y al bienestar de sus ganancias primero!
Están construyendo un nuevo mundo que nos pondrá a todos en peligro, pero los grandes fascistas liberales como Cuomo en Nueva York, Ras Baraka en Newark, AMLO en México, Lori Lightfoot en Chicago son el principal peligro para los trabajadores hoy día y en el futuro venidero de Covid. Los grandes liberales fascistas envían a sus lacayos, como el gobernador de Nueva York, Cuomo, a llorar lágrimas de cocodrilo sin dejar de extraer los recursos vitales. Sonríen en nuestra cara mientras planean formas de encerrar a los trabajadores negros y latinos, ya sea en el sistema penitenciario o en deuda con los bancos.
Con nuestras cadenas unidas, nos enviarán a la guerra contra sus mayores rivales, China y Rusia, pero empaquetan el regalo de unirse a sus filas multirraciales como libertad del capitalismo.
Ser comunista significa dar un paso adelante en defensa de la clase trabajadora, ahora en crisis y para siempre en lucha. Las oportunidades para servir a nuestra clase continuarán incluso después de Covid-19. Es solo por la clase trabajadora internacional unida para luchar contra este sistema racista y sexista que podemos hacer un verdadero trabajo para liberarnos a todos.
A nivel mundial, la infraestructura capitalista se está desmoronando. Desde nuestros hogares, escuelas, cárceles y los mataderos-hospitales, las vidas de los trabajadores solo son importantes si generan ganancias.
Es nuestro deber como miembros de la clase obrera internacional asumir la responsabilidad mutua y liderar el camino hacia un futuro comunista. ¡Poder para la clase obrera!
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Covid-19 expone a los hospitales como mataderos capitalistas
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- 16 Mayo 2020 102 visitas
Como comunistas, sabemos que el trabajo colectivo de miles de millones de trabajadores en todo el mundo es lo que crea todo valor y es esencial para cualquier sociedad que funcione. A medida que la pandemia de Covid-19 continúa y deja huellas de trabajadores muertos a su paso, muchos trabajadores se están dando cuenta de lo importante que es el trabajo de los demás para preservar la vida, incluso bajo un sistema tan destructivo y desigual como el capitalismo.
En este momento, una de las industrias capitalistas que tiene millones de trabajadores pensando y criticando la rígida división del trabajo del sistema son los sistemas de salud. En las principales ciudades de los EE. UU. y más allá, a medida que los trabajadores negros y latinos sufren tasas desproporcionadas de muerte como resultado del coronavirus, muchos trabajadores de hospitales, hogares de ancianos y clínicas están librando luchas audaces para salvar y proteger tantas vidas como sea posible. Mientras lo hacen, muchos están presionando a los jefes para que proporcionen los recursos necesarios para hacerlo.
Los compañeros del Partido Laborista Progresista (PLP) que trabajan en la industria de la salud también luchan para dar liderazgo político y organizativo a nuestras hermanas y hermanos de clase trabajadora durante esta crisis. Nuestro objetivo es ganar la mayor cantidad de trabajadores posible para nuestra visión de una sociedad comunista que destruya el racismo en todo el mundo, rompa la división rígida del trabajo del capitalismo y priorice la salud de nuestra clase por encima de todo.
Los trabajadores deben unirse, luchar contra el racismo y el elitismo por la salud de las masas
El trabajo sacrificado de los trabajadores de la salud durante la pandemia de Covid-19 ha demostrado de lo que es capaz la clase trabajadora. La unidad de custodios, auxiliares de enfermería, enfermeras, asistentes médicos y médicos que arriesgan sus vidas para cuidar a innumerables personas enfermas y moribundas muestra a la clase trabajadora en su máxima expresión.
Si se puede superar la división entre los “profesionales” y los trabajadores “no profesionales”, los trabajadores de la salud constituyen una fuerza increíble en una industria que emplea a más del 11% de la clase trabajadora de los Estados Unidos. Los trabajadores negros son los trabajadores más militantes en esta industria y lideran una lucha tras otra.
La división elitista entre profesionales (enfermeras y médicos) y trabajadores no profesionales es un obstáculo importante y el arma más potente que tienen los jefes para combatir la militancia de los trabajadores de la salud. La mayoría de los médicos ahora son empleados asalariados y la posibilidad de comenzar una práctica privada es cada vez más pequeña. No son dueños de sus medios de producción. Los salarios son relativamente altos debido al costo de reproducir su fuerza de trabajo y han mantenido artificialmente una estructura de gremio racista y sexista.
Los custodios, auxiliares de enfermería y cada vez más enfermeras son trabajadores desproporcionadamente negros y marrones. Esta diversidad de trabajadores es un terreno fértil para luchar contra el racismo y el sexismo y construir la unidad de la clase trabajadora en torno a una perspectiva comunista revolucionaria. (La lucha contra el profesionalismo se entrelaza con estas luchas, ya que cuanto más arriba se sube en la escala profesional, más hombres blancos están representados).
Movilizarse para la revolución
Los combatientes de la clase trabajadora, incluidos muchos camaradas del PLP, han sido anfitriones de conferencias periódicas para construir una estrategia para ganar durante el período actual. Después de mucha discusión, hemos construido un plan que puede ayudarnos a construir nuestro Partido comunista de lucha en masa en múltiples frentes.
A través de las redes sociales y otros medios, hemos comenzado a compilar y compartir investigaciones con otros trabajadores que exponen la naturaleza repugnantemente racista del sistema de ganancias capitalista. Específicamente, cómo los trabajadores negros, latinos, inmigrantes y encarcelados sufren y mueren a tasas alarmantes como resultado del coronavirus. Hemos explicado que estas desigualdades mortales están arraigadas en el capitalismo, que necesita dividir a la clase trabajadora por raza, nación y género para obtener ganancias.
En ciudades como Chicago, hemos comenzado a liderar las luchas en los hospitales, presionando a los jefes para que proporcionen equipos de protección que salven vidas, mejor personal y pago de riesgos para los trabajadores en general. Estamos construyendo sobre las relaciones que hemos forjado en la lucha con muchos compañeros de trabajo a lo largo de los años de diferentes categorías laborales. Durante todo esto, hemos trabajado activamente para superar las divisiones racistas, sexistas y elitistas en nuestros lugares de trabajo y construir una visión comunista más igualitaria de cómo debería funcionar la atención médica.
Hemos desarrollado pautas con base científica para que nuestros camaradas y otros luchadores sigan cuando participen en manifestaciones, incluyendo distanciamiento físico apropiado y equipo de protección.
Finalmente, muchos de nosotros también hemos participado en manifestaciones de automóviles y hemos compartido información con compañeros para desafiar los brotes mortales racistas de coronavirus en las principales cárceles de todo el país. Estamos construyendo sobre las luchas a largo plazo por el descarcelamiento en varias organizaciones de salud pública como luchas clave para superar más enfermedades innecesarias y la muerte de los trabajadores.
Lejos de todas las plagas capitalistas
Siguiendo el ejemplo de los comunistas en la Unión Soviética y China en el siglo XX, podemos obtener mucha inspiración y conocimiento sobre los avances que se pueden hacer para la salud de las masas. Especialmente cuando el trabajo se organiza y comparte colectivamente, y elementos esenciales como los hospitales y la medicina ya no se tratan de ganancias. Estamos orgullosos y emocionados de ganar más trabajadores para esa visión y luchar por un mundo comunista donde las pandemias capitalistas racistas son una reliquia del pasado.