EL BRONX—La crisis en las Universidades de la Ciudad de Nueva York (CUNY) se está agudizando, mientras los fideicomisarios y políticos siguen sus planes de implementar recortes de austeridad, llenando clases virtuales con hasta cien estudiantes y despidiendo a miles de instructores de medio tiempo y trabajadores universitarios. Los administradores de CUNY han aumentado el tamaño de las clases, lanzado un ataque racista hacia la educación de los estudiantes. Este es un ataque racista por que los estudiantes en CUNY son en su mayoría negros y latinos. Pero el racismo divide y lastima a todos los estudiantes de la clase obrera. Entonces varios clubs estudiantiles y algunos miembros del sindicato de los complejos universitarios de CUNY en el Bronx se tomaron las calles y tuvieron una marcha beligerante, multirracial en contra de la austeridad racista.
Comenzamos con una manifestación corta cerca de los tribunales, donde los estudiantes y facultad tuvieron un “calentamiento” informal de discursos. Hablamos de la necesidad de combatir en contra de estos recortes racista, sobre el por qué necesitamos hacer huelga, y sobre la necesidad de tener unidad entre los obreros y estudiantes. Muchos profesores y personal han perdido su seguro de salud en medio de la pandemia que en su mayoría ha atacado a los obreros y estudiantes negros y latinos. Las universidades de CUNY están presionando al personal a arriesgar sus vidas en edificios inseguros. Nuestros oradores incluyeron estudiantes de ambos complejos, quienes hicieron un llamado a continuar la lucha. Señalaron el problema del capitalismo. Los políticos son parte de este sistema capitalista. Un profesor adjunto hizo el punto de que votar por los demócratas no resolverá esta crisis. En la Ciudad de Nueva York los demócratas controlan todo. Son el problema. El adjunto dijo, “somos a los que están esperando.” Eso es correcto y el futuro es para nosotros los obreros es el comunismo donde nosotros controlamos la sociedad.
Los miembros del Partido Laboral Progresista son activos en comités de nuestro sindicato y clubs estudiantiles. Estamos felices de habernos unidos a algunos camaradas del Bronx y de ver muchos obreros respondiendo al periódico DESAFIO. En estos grupos masivos donde trabajamos, estamos tratando de acercar a los obreros y estudiantes a nuestras ideas comunistas por medio de la discusión, lucha, y acción. Nuestro grupo de estudio tiene charlas de como el racismo y capitalismo van de la mano, y del por qué el capitalismo no puede proveernos la educación que necesitamos. ¡Esperamos ver más de nuestros compañeros de trabajo y estudiantes unirse al PLP y continuar la lucha!
La marcha acabo al frente de uno de los complejos del Bronx, donde un número de guardias de seguridad comenzaron a acercarnos y pidiendo respaldo hasta que se dieron cuenta que estábamos “filmando en vivo” la marcha y tomaron paso atrás. Fue un mensaje claro a los manifestantes de que debemos demandar que SAQUEN LA POLICIA DE LOS COMPLEJOS al igual que acabar con la austeridad. El discurso de cierre fue muy inspirador mientras una profesora que despidieron explico de cómo ha sido para ella perder su sustento. Agradeció a todos por ir. “Los quiero a todos por apoyarme” dijo y procedió a hacer un llamado para que continuemos a crear un movimiento para cerrar a CUNY y combatir en contra del capitalismo. Acabamos con fuerza y formamos una “cadena humana” extendiéndonos de una punta de la cuadra a la otra. Con nuestros carteles y una pancarta grande encarando el tráfico hicimos un llamado a que los conductores pitaran en apoyo.
Uno de los líderes estudiantiles compartió sus reflexiones después de la marcha. “fue genial venir a la marcha y sacar el mensaje sobre hacer huelga para que financien a CUNY por completo. Nuestras voces fueron duras y altas, que animaron a muchos que pasaban a unírsenos y extraños orgullosamente pitaron sus pitos en apoyo. Espero asistir a mas marcha y ser parte de esta lucha colectiva.”
Esta marcha fue poderosa. Representa la ira de clase que sentimos de lo que está pasando a nuestros estudiantes y colegas. Fue un esfuerzo colectivo con personas diferentes poniéndose de voluntarios a planear la ruta, traducir el panfleto, pegar volantes en el internet, etc. Es un vistazo de como de poderosa puede ser la clase obrera. ¡Únetenos a la lucha en contra del racismo y por el comunismo!
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Colombia: Crisis capitalista se profundiza, trabajadores se rebelan
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- 09 Octubre 2020 105 visitas
Tras siete días y noches consecutivas de movilizaciones y protestas, cuyo objetivo principal es el rechazo hacia la represión policial tras el asesinato de Javier Ordoñez a manos de dos uniformados la semana pasada, miles de personas han salido realizando tomas y bloqueos en varias ciudades. Estas movilizaciones exigen una reestructuración de la Policía, la renuncia del ministro de defensa, Carlos Holmes Trujillo, por el fin de los asesinatos de líderes políticos y sociales. Entre otros tantos reclamos, se pide solución al creciente desempleo, la anulación del decreto 1174 que es la “más agresiva reforma laboral y pensional de los últimos 30 años” en Colombia.
En el presente año además del horrible regreso de las masacres, el desplazamiento racista de comunidades en campos y ciudades, la amenaza constante por parte de paramilitares, y el creciente asesinato de líderes sociales, defensores de derechos humanos y de ex guerrilleros de las Farc, las organizaciones campesinas, indígenas y afros han vivido el exterminio con más fuerza durante la cuarentena, y el hostigamiento militares y grupos de asesinos al servicio del estado y capitalistas locales.
Trabajadores de la salud, del estado, del reciclaje y comités de paro, siguen invitando a cacerolazos y manifestación en las plazas, parques y espacios públicos. Los manifestantes piden que se desmantele el ESMAD, responsable de la represión y los muertos –como lo fue el asesinato (todavía impune) de Dylan Cruz el 21N, día del primer paro nacional. Las movilizaciones son convocadas por organizaciones comunitarias y de jubilados, organizaciones de estudiantes de mujeres y las demás organizaciones pertenecientes al Comité Nacional de Paro.
La represión policial durante las movilizaciones, dejó al menos 14 asesinatos, más de 250 heridos, y al menos 150 disparos de armas por parte de los uniformados. El número de heridos de bala de plomo llegó a 74. También se contabilizaron varias denuncias de abusos y violaciones por parte de la policía durante las detenciones ilegales. Según la Revista “Noche y Niebla”, los mayores violadores de derechos humanos en Colombia en 2019 fueron los paramilitares y policías.
La represión tuvo también un carácter parapolicial: “abuso sexual, contra dos mujeres detenidas, obstrucción a la información, y hasta detenciones en centros clandestinos como se evidenció en videos donde, además, se prueba cómo los policías se intercambian armas con matones vestidos de civil, que disparan en equipo, y además apuntan directamente al cuerpo de los manifestantes y los golpean en estado de indefensión”
Los vecinos de muchos barrios de la capital y otras ciudades, se organizaron para impedir que la policía entrara a los conjuntos residenciales, golpeando y disparando contra la gente. Hay muchas denuncias de infiltración policial y de haber visto agentes de civil detrás de los incendios a comercios y saqueos. En muchos videos se ve a la policía huir de los ataques de los vecinos organizados con piedras y palos.
Durante las protestas más de 30 CAI (Centros de Atención Inmediata de la policía), fueron quemados o destruidos. Los vecinos denuncian que esos son las “garitas” donde se comercian drogas y se pagan los sobornos por las actividades mafiosas. Luego de los incendios, muchos de esos CAI fueron transformados en bibliotecas populares y centros de reunión comunitaria por los manifestantes.
El Plp está construyendo una base dentro de la clase trabajadora como parte de nuestro trabajo internacional. Miembros del partido, amigos y lectores de nuestro periódico, están participando en estas manifestaciones uniéndonos a nuestros hermanos que luchan por una mejor sociedad, discutimos y explicamos tratando de avanzar. El movimiento espontaneo lo que necesita es liderato comunista para elevar la conciencia de la gente entendiendo que la policía es una institución asesina y corrupta que no puede ser reformada y que esta para proteger y servir a los intereses de los ricos, y que solo la revolución comunista puede poner fin a las presentes oleadas de terrorismo de estado contra nuestra clase, construyendo una nueva sociedad libre de toda forma de opresión racista, nacionalista, sexista, de guerras patronales y esclavitud salarial.
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¡Adiós muy buenas! Expediente racista e individualismo de Ginsburg revela sus patrocinadores Grandes Fascistas
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- 09 Octubre 2020 105 visitas
La pelea partidista brutal por su sagrado asiento en la Corte Suprema es otro reflejo de la incapacidad de los patrones para gobernar “a la antigua”--de su giro hacia el fascismo. No hace mucho tiempo que Ginsburg y el “intelectual” archirracista Antonin Scalia eran mejores amigos que iban juntos a la ópera. Fue como las relaciones cálidas y de colaboración de Biden con senadores de Jim Crow como James Eastland y Strom Thurmond (“uno de mis amigos más cercanos”, dijo una vez Biden). Cualesquiera que fueran sus desacuerdos, estaban en el mismo equipo. Pero dadas las agudas contradicciones del capitalismo, esa era se acabó.
A medida que la lucha entre los jefes se agudiza, la muerte de Ruth Bader Ginsburg expone algunos de los problemas que los grandes patrones fascistas están teniendo dentro de sus propias filas con el egoísmo. Ginsburg, como juez, defendió de buen grado las políticas racistas contra la clase trabajadora de los grandes patrones liberales fascistas, pero cuando llegó el momento, ella, como muchos en la clase capitalista, se puso por encima de las necesidades de clase de los patrones. Este tipo de subjetividad está causando problemas a los grandes fascistas mientras luchan por derribar a Trump y sus pequeños seguidores fascistas en preparación para la guerra con China.
Los grandes patrones fascistas están tratando de movilizarse en torno a la mitología de que la Corte Suprema tiene el poder/potencial para defender a la clase trabajadora contra presidentes deshonestos o un Congreso de derecha. Los grandes patrones fascistas quieren que creamos que es esencial elegir a Biden (ya Obama y Clinton antes que él) para nombrar jueces “progresistas” y en particular para preservar Roe v. Wade. Esta gran mentira de que los políticos liberales o los jueces defenderán a la clase trabajadora ha llevado a desastres como el de que Bill Clinton y Biden se unieran para llevar a millones de trabajadores negros a prisión. ¿Dónde estaba entonces la Corte Suprema? La Corte (como el Presidente y el Congreso) responde a la militancia de masas en las calles y a los movimientos de masas en general. Las reformas, aunque sean temporales, son impulsadas por la lucha de clases, no por un grupo de nueve títeres de la clase dominante con túnicas.
Por su parte, Ginsburg era un entusiasta títere del sistema racista patronal. Realización constante de su trabajo de consagrar y proteger políticas racistas. En su decisión en Sherrill v. Oneida, falló en contra de los pueblos indígenas con “el idioma en esa opinión ... considerado un ejemplo del idioma más abiertamente racista en su desafío y escepticismo de los intereses tribales” (Proyecto Marshall, 23/9/20). En Estados Unidos v. Sineneng-Smith Ginsburg abogó por el enjuiciamiento de los defensores de los trabajadores migrantes que “alentaron” a esos trabajadores a ingresar al país. Ella apoyó el Oleoducto de la Costa Atlántica y la política de la administración Trump de acelerar la deportación de solicitantes de asilo (Politico 20/9/20) Esto se suma a sus fallos en apoyo a los fiscales y los registros por parte de los oficiales de policía (Ohio State Law Journal Vol. 70 : 4).
Ginsburg era una “federalista”, que es la abreviatura del movimiento racista de “derechos de los estados” que se remonta a los días de la esclavitud. Su racismo a veces se deslizaba a través de su fachada “progresista”. El ejemplo más famoso y particularmente ofensivo fue cuando llamó a las protestas de Colin Kaepernick “estúpidas y tontas”. (Más tarde se vio obligada a disculparse por esto). También tenía el peor historial de cualquier juez actual en la contratación de secretarios legales negros, un camino codiciado para convertirse en juez, teniendo solo uno en sus 27 años en la Corte Suprema.
A pesar de que Ginsburg se dedicó a defender un sistema racista, ejemplificó las contradicciones dentro de los políticos de la clase dominante y, en este caso, de un juez, que exigen fama o dinero aparentemente ilimitados o ambos en recompensa por su servicio. Su individualismo y su negativa a retirarse cuando Obama fue presidente y personalmente abordó el tema con ella, es otro ejemplo de la falta de disciplina dentro de la clase capitalista. Un vistazo rápido a las edades de los principales políticos dice mucho sobre el fracaso de los gobernantes a la hora de crear un espacio para un liderazgo más joven. Trump 74, Biden 77, McConnell 78, Pelosi 80. Se plantea la cuestión de si Biden, si gana, estará dispuesto a dimitir después de un mandato o insistirá en postularse nuevamente a la edad de 81 años.
Pero no se trata solo de la cuestión de la edad para los patrones. Mientras que la clase trabajadora ha estado soportando el peso de la crisis capitalista en la reducción de la esperanza de vida, el aumento de la pobreza y la atención médica miserable, los sirvientes de los patrones en Washington están exigiendo y recibiendo cada vez más por su lealtad.
A medida que la clase política hace demandas, domina la cultura del egoísmo. Bill Clinton fue pillado durmiendo con un pasante, pero hasta el día de hoy es defendido por sus compañeros demócratas. Luego, después de dejar la Casa Blanca, los Clinton recaudaron millones a través de donaciones de patrones de otros países a su fundación, así como mucho dinero por hablar en Wall Street. Los Obama han recaudado más de 60 millones de dólares en contratos de televisión y libros desde que dejaron la Casa Blanca. Las familias Biden y Trump se han atiborrado de capitalistas de todo el mundo vendiendo sus conexiones. En un período en el que la clase dominante está preparando una ofensiva fascista para prepararse para la guerra, el enorme egoísmo de su gente de frente se está volviendo insostenible para ellos.
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Democracia es una dictadura de la clase gobernante
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- 09 Octubre 2020 107 visitas
Cada democracia es dictadura. Un grito de protesta para la clase gobernante liberal es que las elecciones de EE.UU. de noviembre son sobre salvar la “democracia estadounidense”. Como señalo el líder comunista Vladimir Lenin, no existe la democracia “pura” (ver La Revolución Proletaria de Lenin y El Renegado Katusky). En la sociedad de clases, la democracia así llamada es actualmente una dictadura por parte de cualquier clase que controle el poder estatal. En la Grecia antigua, a menudo citada como el lugar de nacimiento de la democracia, privaron a las mujeres y toda la gente que realmente movían la sociedad del derecho a votar – los obreros esclavizados. En el siglo 18, los “padres fundadores” de EE.UU. muchos de los cuales le debían sus fortunas a grandes plantaciones bajo la esclavitud, tenían un libro diferente de reglas: “El electorado colonial consistía de solo un 10 al 20 por ciento de la población total” (crf-usa.org).
Cada periodo revolucionario, sea de la esclavitud al feudalismo o feudalismo al capitalismo, represento un cambio en la naturaleza de “democracia”. En EE.UU. hoy, la democracia entre los patrones también es una dictadura sobre la clase obrera. Como resultado, el votar no puede abordar la contradicción fundamental del capitalismo: el conflicto entre aquellos a quienes les pertenecen los medios de producción (los patrones) y aquellos quienes crean todo lo de valor (los obreros).
Internacionalmente, la clase obrera combate por necesidades básicas mientras los capitalistas luchan a acumular más riquezas. La guerra y cambio climático han convertido a millones de obreros en refugiados. La hambruna esta propagada y sigue creciendo. Como hemos visto en meses reciente, el cuidado de salud decente es restringido solo a aquellos quienes lo pueden pagar; aquellos sin trabajo o sin seguro médico tal vez se les deje en casa a que mueran.
Solo por medio de la lucha pueden los obreros ejercitar su poder. Pero incluso mientras ganamos reformas con fuerte lucha, los patrones eventualmente se toman de vuelta esos beneficios. Para una democracia real, los obreros deben combatir por el comunismo y la dictadura de la clase obrera. Solo entonces la clase obrera tendrá la última palabra de como dirigimos nuestras fábricas, escuelas, granjas y comunidades.
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La guerra que decidió la división original de la clase gobernante estadounidense
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- 09 Octubre 2020 106 visitas
La edición del 23 de septiembre de CHALLENGE tenía un excelente artículo que conmemoraba la incursión de John Brown en 1859 en el arsenal de Harpers Ferry. Su plan era apoderarse de las armas allí y comenzar a armar a los trabajadores esclavizados que luego liderarían una rebelión a gran escala contra la esclavitud. Con el reciente aumento de la violencia en los Estados Unidos por parte de policías racistas y racistas justicieros, y (en una escala mucho menor) antirracistas, vale la pena explorar la década que condujo a la Guerra Civil estadounidense. A fines de la década de 1850, el uso de la violencia para resolver disputas políticas se había convertido en una especie de norma.
Como todas las formas de sociedad de clases, la esclavitud en sí se basó en la violencia de la clase dominante, tanto organizada como espontánea. La rebelión armada de Nat Turner en 1831 catapultó al movimiento contra la esclavitud a una nueva fase, donde la abolición inmediata se convirtió en un programa cada vez más popular. Abolicionistas como Harriet Tubman, Frederick Douglass, John Brown, Sojourner Truth, William Lloyd Garrison y muchos otros, se unieron a esta lucha. La Ley de esclavos fugitivos de 1850 extendió el alcance de los esclavizadores hacia el norte para capturar a los fugitivos acusados, pero los abolicionistas a menudo atacaban a estos secuestradores, a veces liberando a los fugitivos. Frederick Douglass dijo: “La única forma de convertir la Ley de esclavos fugitivos en letra muerta es hacer que mueran una docena o más de secuestradores”.
Los capitalistas del norte derrotan a los esclavizadores del sur
Al mismo tiempo, los capitalistas financieros e industriales del norte se expandían, incluso buscando oportunidades de lucro en todo el mundo. Para la clase esclavista atrasada del sur, King Cotton dependía de esclavizar a los trabajadores negros indefinidamente, incluso si eso significaba separarse y formar su propio país. Peor aún, esta clase dominante del sur tenía un dominio absoluto sobre el poder federal, controlando la Corte Suprema y la presidencia en la década de 1850. La lógica del infame caso de la Corte Suprema de Dred Scott de 1857 dio luz verde para expandir la esclavitud.
Los capitalistas del norte en ascenso necesitaban un país unido y un mando sin obstáculos del poder federal para construir un imperio que eventualmente abarcaría el mundo. La promesa de Lincoln de que la esclavitud no se expandiría a nuevos territorios se ajustaba a las necesidades de la capital del norte. La toma de la Casa Blanca por parte de Lincoln en 1860 fue intolerable para la esclavista que luego abandonó la Unión. Para disciplinar y controlar a estos secesionistas, Lincoln hizo la guerra para traerlos de regreso. La emancipación inmediata, el objetivo abolicionista desde hace mucho tiempo, pero nunca uno de los de Lincoln, fue una necesidad en tiempos de guerra forzada a la agenda del gobernante por miles de trabajadores negros valientes y esclavizados. En el caos de la guerra, hicieron innumerables intentos desesperados por la libertad huyendo a las líneas del norte. Con los esclavizadores del sur derrotados, el gobierno federal “acabaría con la esclavitud en condiciones controladas por los blancos, y solo cuando lo requirieran las necesidades políticas y económicas de la élite empresarial del Norte. Fue Abraham Lincoln quien combinó a la perfección las necesidades de los negocios, la ambición política del nuevo Partido Republicano y la retórica del humanitarismo ... (Howard Zinn, The People’s History of the United States).”
Los imperialistas estadounidenses se enfrentan a imperialistas chinos y aislacionistas domésticos racistas
Hoy vuelve a haber una división dentro de la clase dominante estadounidense, pero la situación mundial es muy diferente. Después de casi un siglo de letal racismo Jim Crow, una revolución industrial construida sobre el sudor y la sangre de millones de trabajadores, dos guerras mundiales, Corea, Vietnam y otras innumerables guerras, los imperialistas estadounidenses gobernaron brevemente un imperio mundial. Controlaban los partidos políticos republicano y demócrata. Pero ahora el creciente imperialismo chino, el resurgimiento del imperialismo ruso e incluso muchos aspirantes a imperialistas regionales los están desafiando a medida que su poder global se desvanece. Estos gobernantes presidieron un asalto impresionante al nivel de vida de los trabajadores desde la década de 1970 que se ha acelerado con la crisis de 2008 y su ‘recuperación’ favorable a los multimillonarios. Y ahora, hay un grupo de capitalistas de orientación nacional que se han apoderado del Partido Republicano liderado por Donald Trump. La violencia ha ido en aumento, con policías y neonazis a la ofensiva y alguna resistencia armada antirracista. A medida que se acercan las elecciones de noviembre, se espera más violencia. Incluso se habla de guerra civil.
Hoy, la gran sección imperialista y fascista de la clase dominante estadounidense no tiene Lincoln. Tienen al débil Joe Biden de 76 años. Y los pequeños capitalistas fascistas de orientación doméstica tienen el Donald Trump desquiciado y ególatra. Los grandes fascistas están construyendo el fascismo con el pretexto de salvar una democracia que nunca existió. Están tratando de construir un patriotismo multirracial para prepararse para la guerra con China o Rusia. Incluso están tratando de hacerse pasar por antirracistas para salvar su imperio mundial. Los pequeños fascistas quieren una “Fortess America” aislacionista basada en el racismo.
Únamonos para luchar contra el racismo y organizar para el comunismo
Si la violencia se intensifica antes o después de las elecciones de noviembre, las masas de trabajadores y estudiantes deberían salir a las calles para atacar el racismo. Organicemos nuestros sindicatos, organizaciones de inquilinos, grupos de estudiantes e iglesias para que los racistas vuelvan a tener miedo. Si los políticos piden la votación, un recuento o algo así, organizamos una acción directa contra el racismo y el sexismo. Si hay caos en las calles, deberíamos organizar y enfocar acciones contra objetivos racistas y pedir demandas antirracistas. Sobre todo debemos dejar claro que este sistema capitalista tiene que desaparecer. La clase trabajadora puede y debe gobernar el mundo. Eso es comunismo. Únase al Partido Laborista Progresista en la lucha por el poder de los trabajadores y la revolución comunista.